Por Pablo Martínez

El presente de Marco Ruben no tiene adjetivación, siete goles en tres partidos que le sirvieron para erigirse en el máximo goleador Canalla de la historia, que por ahora coloca su marca en 101 goles y queda la sensación que va por más. El nueve auriazul fue el factor determinante para que un Central que parecía caído ante el Granate resucitara en el momento justo y casi termina ganando.

El equipo del Kily fue el mismo de siempre, una montaña rusa permanente, cuando ataca promete y cuando defiende hace agua por todos lados. Lanús lo aprovechó en el arranque de cada etapa y parecía que se llevaba la victoria con tranquilidad.

Pero, se activó Marco Ruben con la compañía de Emiliano Vecchio para cambiar el ánimo y en un puñado de segundos, del 0-2 pasó al 2 a 2, gracias al doblete de un nueve que está intratable, que tiene una voracidad goleadora impresionante y que quedará en la historia del Canalla.

Fue uno de esos partidos, donde pasan cosas impensadas, impredecibles, y que lo aprovecha el más vivo, el que tiene más experiencia. Y Ruben que no había aparecido demasiado en el juego, estuvo en los momentos claves para dar vuelta una situación que venía muy complicada.

Central tiene un desequilibrio muy marcado, sigue recibiendo goles en contra, no defiende bien pero que encontró en estos últimos tres partidos a un Ruben depredador, un animal del gol que le permite a su equipo seguir sumando puntos para alcanzar el máximo objetivo: clasificar a la Copa Sudamericana 2022, algo que está cumpliendo en este sábado por la noche.