Por Pablo Martínez

Más allá de las cinco derrotas consecutivas, lo que más preocupa del Central del Kily González es la falta de rumbo futbolístico, no sabe atacar ni se sabe defender, demasiado desordenado y con una anemia ofensiva alarmante, un equipo alternativo que no reacciona y que deja más dudas que certezas de cara al futuro.

Lo único rescatable de la noche fue el gol de Ignacio Russo que le dio esperanza al auriazul y empujó al Canalla a buscar la igualdad que casi lo consigue con nada.

Central apuesta todo lo que tiene a la Sudamericana, los cañones apuntan a Bragantino, pero en el torneo local regala puntos y transcurre la mayoría de los partidos, pasó con Gimnasia, Sarmiento de Junín y en gran parte del juego de esta noche.

El rendimiento no cambia, la reacción futbolística no aparece y la combinación de incorporaciones y pibes de inferiores, ya fracasó. Los que vinieron no hicieron la diferencia y a los juveniles todavía les falta un tiempo de aprendizaje en Reserva.

Pasan los partidos y los chicos siguen sin aprovechar oportunidades o quizás todavía no están preparados para jugar en Primera, el hincha sigue esperando con entusiasmo pero cada vez que se termina un partido se choca con la realidad.

La única esperanza que le queda al Canalla, es que el Kily vuelva a presentar un equipo que rinda como antes de la Copa América, que sus dirigidos tengan esa enjundia y velocidad para jugar, si el Canalla lo logró en aquel momento, porque no puede repetirlo en Brasil el próximo martes.

El partido de esta noche será para olvidar rápidamente, Central necesita ser otro, el rendimiento en el torneo local va de mal en peor y el resultado ante Bragantino será un punto de inflexión para el futuro del equipo de Arroyito.