En la pretemporada ganar o perder no marca la diferencia, pero se empieza a vislumbrar si un equipo puede funcionar o no. Newell’s igualó sin goles con Olimpo y lo más importante es que dejó indicios positivos de cara al futuro

En lo colectivo el equipo intentó emular aquellos buenos viejos tiempos del 2013. Circulación de pelota en un esquema 433, con los internos muy activos, los laterales proyectados constantemente y mucha movilidad. Y a ese estilo intentó sumarle presión en la salida del rival.

La idea está, Bernardi sabe que en algún momento funcionó, y bien. Y tal vez entienda que la renovación de los interpretes le dará un nuevo vigor y no caerá en la monotonía y previsibilidad que obligó a cambiar en los últimos años, aunque sin éxito.

En lo individual se mostró activo Mauro Formica y es una gran noticia. Enchufado aunque algo errático Maxi, bien Boyé, a su estilo, aguantando, manejando la pelota como pivote, pero con poco peso de cara al gol. Sorprendió el pibe Martínez, muy firme en la marca. Y Domínguez demostró que será el líder, en todo sentido.

Faltó el gol. Un mal de los últimos años. Tal vez Scocco ayude a mejorar ese rubro. Y sería bueno trabajar un poco más la pelota parada, desaprovechada hasta el hartazgo.

El primero dejó buenos indicios. Despertó ilusión. Se nota un cambio mental y anímico. Después habrá que plasmarlo cuando se juegue por los porotos. Pero por ahora pinta bien.