Por Enrique Genovar

Tal como reza la bandera de Brasil. Central tuvo orden y progresó. Esa frase de la ideología calza perfecto a lo que ocurrió en el primer partido del interinato de Leonardo Fernández. El equipo tuvo orden y con eso, más la presencia del siempre rendidor Fernando Zampedri, le alcanzó para quedarse con un triunfo necesario.

Como todo entrenador interino, el cuerpo técnico no se complicó. Sino que ordenó lo que estaba mal. Y ese orden, que lo comenzó a dar en la semana, se plasmó en la cancha. Central supo a qué jugar y cómo hacerlo. La primera misión el equipo de Fernández la cumplió con creces. Pero fue recién el primer escalón de las pruebas que tendrá el entrenador hasta fin de año.

Con varios aciertos en el armado y algunas cuestiones solucionadas en el durante, como el cambio de posición de Federico Carrizo, el “nuevo Central” cortó la racha adversa y se sacó una pesada mochila de encima.

Más allá de que lo más importante fue la victoria, el que también ganó fue el sueño de este cuerpo técnico en quedarse en el banco de suplentes después de diciembre. Es que si bien es cierto que la idea de la comisión directiva es contratar un nuevo cuerpo técnico de cara al 2018, nadie podrá negarle a este entrenador y a sus colaboradores la chance de continuar más allá de estos tres partidos que quedan si los resultados lo acompañan. Es por esto que además del triunfo grupal y de haber salido del último lugar de la tabla, el cuerpo técnico cumplió sorteando el primer escalón.