Por José Odisio

Ganar por obligación, más allá de la necesidad y el flojo presente. Newell’s enfrenta al pintoresco equipo de Sansinena por la Copa Argentina, un certamen que siempre le resultó esquivo, pero que en esta primera instancia le pone enfrente a un rival que no debería hacerle daño.

«No subestimar», fue el mensaje de Osella a sus jugadores, sabiendo que son muchos los casos de equipos superiores en nombres e historia que sucumbieron ante un rival más débil pero lleno de ímpetu y hambre de gloria. pero este no debería ser el caso. Más allá de estar más ‘despierto’ o no a la hora de jugar, hay una diferencia entre la Lepra y Sansinena que no permite pensar en sorpresa.

Más de una decena de jugadores del club de General Cerri deben pedir permiso en el trabajo para jugar hoy. Como sucede en los torneos internos de los clubes o de los countrys. Pero esto es fútbol profesional, y el Rojinegro está obligado a marcar esa diferencia en la cancha.

Ni hablar de la motivación que significa para Sansinena, que ya preparò un merchandaising que dice «yo jugué contra Newell’s». O el caso del capitán del equipo dirigido por Laspada, que tiene como mayor ambición en Junín conseguir que Maxi le cambie la camiseta.

Ganar no será ningún mérito para Newell’s. Tampoco le dará mucho crédito a Osella. Pero dejará abierto el camino en un certamen donde de una vez por todas la Lepra debería encausar su rumbo. Ganar no es una necesidad, es una obligación.