Los hinchas de los equipos ingleses Manchester City y Chelsea, que jugarán la final de la Champions League el próximo 29 de mayo en Porto, solo podrían permanecer 24 horas en Portugal, algo que generó malestar en el Reino Unido.

La final se jugará en el Estadio do Dragao en la ciudad de Porto, con capacidad para 50.000 espectadores pero que solo podrá acoger a 12.000 espectadores, es decir seis mil hinchas por cada club, según lo dispuso la UEFA.

El mayor inconveniente que se presenta es la decisión del gobierno portugués por la que los viajeros tendrían que entrar y salir del país el mismo día del partido, permaneciendo en una «burbuja» durante su visita.

Un viaje así no es precisamente muy seductor para vender a los aficionados, por lo que la UEFA espera que de aquí a la final se suavice la postura portuguesa porque ya es demasiado tarde para cambiar los planes por segunda vez.

El cotejo final se iba a jugar en Estambul, Turquía, pero dos días después de que el Chelsea se impusiera al Real Madrid en Stamford Bridge clasificándose finalista, Turquía fue añadida a la lista roja de países del Reino Unido.

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