Habló el que tenía que hablar. En medio del escándalo mundial, el presidente de la Fifa, el suizo Joseph Blatter, dejó inaugurado este mediodía el 65º Congreso en la ciudad de Zúrich. Y en sus primeras palabras quedó algo muy claro: no va a renunciar y mañana buscará ser reelecto, por quinta vez, como máxima autoridad de la casa madre del fútbol mundial.

«Yo no puedo controlar a todos, todo el tiempo», aseveró Blatter ante los ojos del mundo del deporte. Es más, hasta se desligó del escándalo de corrupción que invade a la entidad que él preside.

El suizo directamente decidió responsabilizar a «algunos pocos que nos han fallado» al conocerse el escándalo de corrupción. Hasta el momento, hoy están involucrados nueve directivos de la Fifa y cinco empresarios, entre ellos tres argentinos.

«Mucha gente me cree responsable de las acciones de la Fifa. Pero yo no puedo controlar a todos, todo el tiempo», afirmó Blatter.

«Yo tengo que llevar la responsabilidad de la Fifa, no voy a permitir que las acciones de unos cuantos destruyan el trabajo de tantos que trabajan duro por el fútbol», manifestó.

El suizo no hizo autocrítica y habló de que estos hechos de corrupción involucran a «una minoría». «Los que están corrompiendo al fútbol son una minoría y, como sucede en la sociedad, deben ser castigados», agregó casi en una cadena mundial televisiva. Y fue por más: «Cooperaremos para que todos sean castigados. No hay lugar para la corrupción de cualquier tipo».

En su alocución en Zúrich, Blatter contó: «Van a llegar más noticias malas. Pero es necesario recuperar la confianza en nuestra organización. Este es un momento clave. Más debemos hacer para que más gente se comporte de manera responsable fuera de la cancha, donde no hay árbitros».

Y cerró: «Mañana el Congreso tiene la oportunidad de iniciar un camino largo y difícil para recuperar la confianza».