Newell’s sumó un punto en Junín, ante un rival muy limitado, exhibió pocos argumentos ofensivos para quedarse con la victoria y sigue su derrotero pensando en la Sudamericana. Poco para destacar en el elenco de Heinze, que no sufrió contratiempos en el fondo, careció de ideas y volumen de juego.

Es imposible quedarse con tres puntos pateando dos veces al arco, Portillo fue el que más quiso pero casi por obligación sacaba los latigazos para arrimar un poco de peligro al arco del Kiwi.

Los tres en el fondo de Newell’s aseguraron previsibilidad y el golero Hoyos prácticamente no tuvo trabajo en la noche juninense. Pero en contrapartida, el equipo del parque no supo aprovechar las carencias del anfitrión porque no tuvo juego ni tenencia, no se gravitó por los costados y no tuvo referencia arriba (Reasco nuevamente ausente).

Del primer tiempo no hay nada para rescatar, la Lepra exhibió orden y prolijidad en el fondo, pero careció de tenencia, intentaba tímidamente por la izquierda con Giani y Menéndez, perdió a Reasco del radar y Portillo incidió poco en ofensiva.

Newell’s enfrentó a un equipo que exhibió muchas limitaciones, que no tuvo enlaces entre defensa y ataque, y sólo apostaba a un cabezazo goleador de Toledo. La Lepra le tuvo demasiado respeto a un equipo con pocos argumentos.

En el complemento la historia se repitió, Newell’s amagaba con atacar, en esa etapa eligió el sector derecho con el incesante andar de Méndez y nada más, una pobreza en la puesta en escena de la Lepra llamativa, quizás empieza a hacer mella en el plantel el trajín de partidos o tal vez sea otra mala presentación fuera de casa.

El Rojinegro se trajo un punto y nada más, los altibajos del equipo de Heinze ya no son sorpresa, sumar siempre es saludable y ahora tendrá que apuntar todos los cañones al juego con Santos, para abrochar la clasificación octavos de la Sudamericana.