Por Santiago Fraga

Ni siquiera el infernal golazo de Pablo Pérez le alcanzó a Newell’s Old Boys para compensar las groseras desatenciones que tuvo ante Godoy Cruz, un rival que perdona poco, y un plantel que partido a partido se vuelve más limitado y escaso.

La primera de ellas fue ni bien comenzado el partido, al minuto de juego. El equipo de Javier Sanguinetti, al que ya de por sí le cuesta horrores dar vuelta resultados adversos, salió a la cancha dormido y se encontró con Martín Ojeda, un volante de pie exquisito que con todo el espacio del mundo (ante la inexistente presión de Juan Sforza) sacó un latigazo lejano al palo izquierdo de Lautaro Morales.

Tan tempranero fue el golpe que Newell’s no pareció acusar recibo y continuó su armado con tranquilidad, sabiendo igual que el correr de los minutos iba a comenzar a pesar cada vez más sobre sus hombros.

Sin bien la Lepra comenzó a generar acercamientos, no terminaba por ser claro en la zona de peligro y la película comenzaba a transformarse en una repetida: aquella en la que el rojinegro no puede encontrar espacios para atacar con claridad a un rival pasivo y sin la presión de su lado.

Sin embargo, Newell’s esta vez contaría con la fortuna de tener una solución de otro partido; una solución extraordinaria.

El capitán leproso Pablo Pérez marcó a los 10 minutos el gol más lindo de su carrera, uno de los más lindos del año y hasta se podría decir que uno de los más vistosos que se haya visto en ese arco del Coloso.

En una jugada que comienza con una buena maniobra individualidad de Brian Aguirre, Tomás Jacob recupera un centro que parecía perdido y envió la pelota bombeada para atrás, hacia el borde del área, desde donde el capitán leproso sacó una tijera que se terminó clavando en el ángulo de Diego Rodríguez.

Después de ese enorme gesto técnico, con la igualdad en el marcador Newell’s pareció acomodarse, encontrando puntos altos en los arranques de Ditta desde la defensa, en la distribución de Pérez en el medio y en algunas intervenciones de Aguirre y Jacob, y puntos bajos en Garro, Sforza y García.

No obstante, le duraría muy poco la calma al rojinegro, ya que otra nueva desatención le haría complicarse definitivamente el partido.

En una acción rápida en el centro de la cancha, Guillermo Balzi le metió un durísimo planchazo a Juan Andrada. Si bien Darío Herrera le sacó amarilla en primera instancia, lo terminaría expulsando luego a instancias del VAR.

La leve estabilidad que había conseguido el equipo de Sanguinetti se desvaneció como un castillo de naipes, y si bien Newell’s pudo aguantar con algo de margen ese primer tiempo, en el segundo se terminarían por desnudar todas las falencias de tener un jugador menos y un plantel mal armado.

La ausencia de un jugador en el centro de la cancha se sintió mucho ante un equipo con buen pie en el mediocampo, y especialmente más aún después de la salida de Pablo Pérez en lugar de Cristian Ferreira, un jugador que si bien es de buen pie es poco laborioso y le terminó jugando muy en contra tener tanto espacio que cubrir.

Godoy Cruz detectó eso inmediatamente y renovó con el ingreso de dos delanteros (Matías Ramírez y Enzo Larrosa) y un volante (Gabriel Vega), con lo que automáticamente empezó a encontrar esos espacios con los que tanto daño le hizo a Newell’s.

En los 15 minutos posteriores a los cambios, Ramírez marcaría un gol y Larrosa una asistencia y un tanto (anulado en VAR por offside), en dos jugadas en que la superioridad numérica del ‘Tomba’ se sintió aún mayor.

Sanguinetti, sin demasiadas alternativas reales en el banco, dio un último intento para reparar la situación experimentando con los ingresos de Ian Glavinovich (central devenido hoy a lateral) y Djorkaeff Reasco para jugar detrás de Nazareno Funez, pero no resultó.

Para colmo, la fortuna tampoco juega del lado del rojinegro y se esfuerza por exponer los profundos errores del armado del plantel (ocurridos a mitad de año con la pésima lectura de que con dos incorporaciones bastaba y ahora con la incapacidad de traer refuerzos con los cupos disponibles).

A las lesiones que fecha a fecha se suman en la Lepra (hoy salió con molestias Juan Garro), frente a Vélez tampoco podrán contar con Balzi (expulsado) y Pérez (quinta amarilla), con lo que queda un hueco más que preocupante en la mitad de la cancha, difícil de resolver con lo que hay (¿momento para que vaya al banco Julián Aquino?).