Por Santiago Fraga

Luego de haber enfrentado en fechas consecutivas a Rosario Central, San Lorenzo y Racing, el duelo entre los leprosos y River representaba uno de los choques más difíciles del calendario restante para Newell’s, y demostró con creces estar a la altura de las circunstancias.

Los primeros cuarenta y cinco minutos en el estadio Marcelo Bielsa, pese a haber terminado en cero, ya habían dejado toda la sensación de que el local merecía más que el Millonario, que contaba con un Augusto Batalla en un enorme estado y con una infaltable cuota de suerte para que no se abriese el marcador.

La gran incógnita de cara a la segunda mitad era si Newell’s no solamente conseguía mantener ese nivel, sino ver si además golpearía en un arco que parecía más que cerrado antes que el rival hiciera lo propio.

Una discutible mano que Silvio Trucco -de tarjeta fácil esta noche- entendió como penal le dio la posibilidad a Ignacio Scocco de volver a convertir en el campeonato y ser el autor del gol triunfal, aún cuando en su actuación podía haber demostrado un poco más.

La sólida defensa de Newell’s, con Moiraghi y Formiliano en un pleno entendimiento y demostrando una gran firmeza opacaron a dos de los mejores delanteros que tiene el torneo argentino como Lucas Alario y Sebastián Driussi, y volvieron a otorgar una seguridad por la que la Lepra hace mucho rogaba.

Los laterales también demostraron lo suyo, con Paz acoplándose a sus compañeros y con un Advíncula que volvió en soberbio estado de las Eliminatorias con Perú, imparable por su banda, veloz, seguro y hasta firme en lo defensivo, pese a que la amonestación lo haya condicionado.

Más adelante en el campo, Sills y Prediger jugaron por primera vez como si hubieran sido la dupla central del campeonato entero. El ex Olimpo realizando una gran labor en la línea defensiva y el Perro magnifico en la recuperación.

En el ataque, Mauro Formica y Maxi Rodríguez continúan mostrándose como si el Coloso fuera el patio de su casa, jugando con un nivel y una confianza que son grandes responsables de los resultados que obtiene la Lepra. Ignacio Scocco, por su cuenta, se lleva el laurel de haber sido el autor del gol triunfal, aunque todavía le falta afianzarse un poco para volver a su nivel.

El gran ganador de la noche fue Diego Osella, que planteó de forma muy inteligente el partido y logró que sus jugadores jugaran con una confianza clave. Además, los cambios de Víctor Figueroa y Eugenio Isnaldo fueron más que importantes para conseguir mantener el resultado, que en merecimientos debió ser más abultado.

Este triunfo, más que los tres puntos, representa que un Newell’s que a priori se lo veía en la previa del torneo peleando por la permanencia está para cosas mucho más grandes. Luego de haber superado cuatro de los partidos más complicados del campeonato, la Lepra continúa en la parte alta y no le pierde pisada a Estudiantes.