Por José Odisio

Newell’s está en crisis económica. Eso se sabe desde que asumió esta dirigencia, aunque nunca se reconoció públicamente, más allá de los conflictos por sueldos atrasados con jugadores, empleados y deudas vencidas por millones de dólares con clubes extranjeros, AFA y la Justicia.

Pero llegó el tiempo de sincerarse. Dentro y fuera de la cancha. Por eso se fue Ignacio Scocco y también Mauro Formica. Le dolió al hincha y le sumó cuestionamientos a los directivos. Pero permitió cancelar casi 70 millones de pesos, donación de Nacho de por medio.

Hubo más ajuste dentro de la cancha. Se fueron en total diez jugadores. Algunos prescindibles, otros importantes como Néstor Moiraghi, Facundo Quignon o los propios Formica y Scocco. Pero esta renovación permitirá ahorrar unos 24 palos al año. Mucha plata.

Obviamente habrá consecuencias dentro de la cancha. O al menos se corre ese riesgo. El uruguayo nacionalizado armenio Mauro Guevgeozian no es Nacho, Brian Sarmiento deberá asumir el rol del Gato y habrá que ver si Bruno Bianchi puede cumplir el rol de Moiraghi. Eso no se puede anticipar, pero al menos la rápida llegada de refuerzos puede aliviar el problema.

Se deben 20 millones al plantel, hay que pagar 21 palos por año en una Justicia que se puso más firme que nunca, y todavía no renovó Maxi Rodríguez, con todo lo que puede significar que siga o no. Problemas hay y habrá. Pero sincerarse es un gran paso. Siempre que sea real y no palabras al viento. Para salir de la crisis financiera se necesitará ajustes que se hicieron y otros que deberán hacerse. También ingenio y poder de mando. Pero sobre todo ser sinceros puertas adentro y hacia afuera. Sin eso, todo será más complicado.