El plantel de Newell’s vuelve a entrenar esta tarde con vistas a lo que se viene: las últimos dos jornadas de un año para el olvido. Lo hará en el predio de Bella Vista y dispondrá de abundante tiempo para corregir errores y reponerse del duro golpe anímico que significó la goleada de Chicago.

El elenco conducido por Lucas Bernardi tiene una difícil hazaña por delante: dejar el pasado atrás, reparar las falencias que demuestra en su fisonomía de juego y terminar el campeonato de la mejor forma no sólo para asegurar su pasaje a la Liguilla Pre Sudamericana, sino también para comenzar el 2016 renovado (mucho más teniendo en cuenta que los puntos de Martino ya no serán parte del promedio).

La Lepra deberá enfocarse en su siguiente compromiso, que es Lanús, en el Coloso, dentro de dos semanas (debido a las elecciones nacionales). Lo cual es un factor que favorece o desfavorece, según la óptica desde dónde se lo mire, al plantel. El punto a favor es que tendrá más tiempo para ponerse a punto y soldar fisuras; sin embargo, deberá convivir más tiempo con la carga del 0-5 con Chicago y esperar aún más para reivindicarse ante su gente.

El saldo que dejó la visita a Mataderos fue negativo, también, por la lesión de Gabriel Báez (que no pudo completar el encuentro). Se especula que, para subsanar dicha ausencia ante el Granate, regresará Víctor López a la zaga desplazando a Nehuen Paz al lateral izquierdo.

Lo positivo: Lucas Bernardi podrá darle ritmo a Víctor Figueroa, cuya ausencia en la mitad de la cancha se extraña. Además, contará con el regreso de Lucas Boyé. El ex River, que no pudo estar ante Chicago por suspensión, regresará al equipo y pujará su puesto con Ignacio Scocco.