El torneo no comenzó de la mejor manera para Newell’s. La alegría de los hinchas por la llegada de refuerzos en cantidad y calidad se revirtió rápidamente con un fuerte cachetazo de parte de Vélez, un rival directo de la Lepra en todas las tablas. Sin embargo, hay varias cosas que poner en la balanza a la hora de hacer un análisis, siendo la única certeza que el rojinegro deberá trabajar y mucho.

Por un lado, cualquier plan que Omar De Felippe hubiera tenido en su mente para este partido se vio destruido desde el arranque, con un tempranero gol de Luis Abram al minuto luego de un compendio de errores defensivos. No obstante, en la previa generaban ciertas dudas la línea de tres de volantes compuesta por Juan Sills, Hernán Bernardello y Braian Rivero, ya que ninguno de los tres tiene peso ofensivo para pensar el ataque y entre ellos como conjunto se generaron incomodidad a la hora de la marca. Habrá que otorgarle el beneficio de la duda al director técnico, aunque seguramente no vuelva a probar con este esquema.

Por el otro, se notó que los refuerzos que hicieron su debut esta noche, Teodoro Paredes e Iván Piris, no estaban con el ritmo de juego y el conocimiento de sus compañeros necesarios para ser titulares, pero la urgencia obligaba a sus participaciones ya que Stefano Callegari y Alan Luque habían dejado algunas dudas ante un rival inferior como Defensores Unidos de Zárate.

La sensación es que con el correr de los partidos ambos se afianzarán en sus posiciones (de hecho, cuando Piris conectó con Amoroso surgieron espacios interesantes), pero es una incógnita saber cuánto les llevará esa adaptación.

Durante los primeros cuarenta y cinco minutos, Vélez fue amo y señor del juego, con un Matías Vargas encendidísimo que ya desde el torneo anterior partido a partido demuestra tener un nivel de para competir en cualquier liga europea. Si bien el gol desde el arranque le dio una tranquilidad enorme a Gabriel Heinze, lo cierto es que el equipo de Liniers supo controlar el juego sin pasar ningún sobresalto durante los 90′.

Cuando Newell’s tuvo que salir a buscarlo, apareció la gran falencia del equipo de De Felippe y una de las cuestiones a corregir urgentemente: el toque final. La Lepra no tuvo en ningún momento, ni siquiera con el posterior ingreso de Víctor Figueroa, un jugador que sepa cambiar el ritmo del ataque, que pueda filtrar una pelota en 3/4 de cancha, que pueda arrastrar jugadores o que pueda descomprimir la zona media para ayudar un poco a Luís Leal, el único que intentó y se esforzó durante todo el encuentro.

Aquí es donde todos los reflectores comienzan a apuntar al recién llegado: Mauro Formica. El ‘Gato’, aún desconociéndose con cuánto ritmo futbolístico arriba al país, es un jugador con las características precisas que necesita Newell’s para aprovechar la potencia de Fertoli y Amoroso y los movimientos del portugués.

El torneo recién comienza, y si bien arrancar con el pie izquierdo nunca es bueno, queda la sensación de que esta pálida imagen del rojinegro puede ser revertida con tiempo de trabajo y conocimiento entre sus jugadores. El rojinegro tiene material para armar un equipo competitivo, teniendo en cuenta además algunas variantes como Leandro Grimi, Mariano Bittolo o Alfio Oviedo, a quien aún le caben los mismos justificativos que sus compatriotas. Newell’s deberá rápidamente borrar este partido y trabajar de cero para poner en marcha su temporada.