Por Santiago Fraga

El choque disputado este viernes en el estadio Marcelo Bielsa fue, sin dudas, el que más sufrió Newell’s en lo que va de este semestre como local. Tras una seguidilla de grandiosos partidos disputados en esa condición, el Banfield de Julio Falcioni logró poner en aprietos a la Lepra y le robó dos puntos fundamentales en la lucha por el descenso.

A lo largo del primer tiempo, el local fue preso de su propio esquema. Mientras Banfield arrancó con un juego especulativo, apelando a la presión alta como forma de desorganizar la salida leprosa -su principal herramienta para la construcción de juego-, el equipo de Frank Kudelka no tuvo las armas ni las ideas para vulnerar a la defensa de los dirigidos por Falcioni.

Con esos planteos dispuestos sobre el verde césped, el rojinegro hoy vestido de rosa extrañó horrores a Mauro Formica y -desde el inicio- a Alexis Rodríguez. Por un lado, Lucas Albertengo y Rodrigo Salinas no supieron cómo situarse nunca en la cancha y fueron totalmente anulados por los defensores -y a veces, por sí mismos-, mientras que otra de las grandes falencias tuvo lugar un paso antes, en la generación de juego.

Allí, la responsabilidad cayó naturalmente en Denis Rodríguez, que partido a partido muestra tener algunas nociones de cómo ubicarse en el puesto y mostrarse para ser participativo, pero constantemente toma malas decisiones -y ejecuciones- claves, ya sea a la hora de dar un pase que rompa líneas o de rematar al arco.

El nulo peso ofensivo, sumado a la buena estabilidad atrás, generaron que el partido transite durante esos 45 minutos en un gran pozo, que sólo se vio perturbado cuando Banfield decidió apelar al juego de sus jóvenes Agustín Urzi y Luciano Gómez.

>Te puede interesar: Newell’s careció de potencia ofensiva y empató con Banfield en el Coloso

Gran parte de la segunda mitad tendría el mismo desarrollo, con arrebatos del visitante en donde Alan Aguerre se erigió como figura -recuperando así el altísimo nivel del torneo pasado-.

Fue con los cambios de Kudelka que el partido se rompería, al ensayar nuevamente como ante Boca el ingreso de Cristian Insaurralde y cambiando la formación de un 4-3-3 a un 4-2-1-3, esta vez con Maxi más retrasado.

Los minutos finales se repartieron entre leves acciones ofensivas de Newell’s y contraataques del Taladro, donde ambos tuvieron chances certeras de abrir el marcador.

La máxima preocupación para el rojinegro, además del haber perdido dos puntos de oro, se da con las numerosas incógnitas a la hora de parar un once inicial que previo a las lesiones salía de memoria.

Ni Salinas ni Albertengo demuestran tener condiciones para ser las referencias de ataque con este esquema, al mismo tiempo que entre Denis Rodríguez y Lucas Villarruel no logran reemplazar el trabajo ofensivo de Formica -y menos en combinación con Jerónimo Cacciabue-.

Por otro lado, la pieza fundamental de este equipo continúa siendo Julián Fernández, que pese a jugar condicionado por una amarilla al minuto de juego no escatimó nunca en entrega y tiene una visión de juego clave, como pocos jugadores de ese puesto.

De igual manera, vale destacar también la actuación de Ángelo Gabrielli, quien supo aportar opciones en ataque cuando la ofensiva se paralizaba. Lo mismo Mariano Bíttolo, aunque de forma más irregular.

Los centrales siguen siendo claves para este planteo de Frank Kudelka, aunque en los últimos partidos no pudieron desplegar su mejor virtud de ataque, el cabezazo en la pelota parada, producto de los malos centros o las malas decisiones previas.

En la previa comentábamos que los 9 puntos que tenía la Lepra en juego entre Banfield, Patronato y Gimnasia iban a ser determinantes para la lucha por el descenso. Hoy Newell’s perdió dos puntos, pero deberá reponerse y cerrar la seguidilla con un 7/9 que haría no ver la cosa nada mal.