Por José Odisio

Barajar y dar de nuevo. El reinicio de la Superliga obliga a Llop a buscar un cambio o al menos intentarlo. Repetir una campaña como el semestre pasado pondrá al DT en un lugar de cuestionamientos difícil de soportar, y dilapidará el margen de puntos que había construido el equipo con Osella.

Es cierto que las armas con las que cuenta el Chocho son limitadas. Como era lógico, a partir de la inflexibilidad del juez Bellizia y la poca caja, Newell’s trajo poco y nada. «Vinieron reemplazos, no refuerzos», se quejó el técnico con razón. Newell’s privilegió acomodar un poco la economía y le dejó a Llop un olantel corto y repleto de juveniles.

La apuesta será a los pibes, un riesgo grande que necesitará de paciencia a la hora de los resultados. Y justamente eso es lo que no tiene el hincha con Llop: paciencia. El entrenador se gastó todo el crédito en un torneo donde apenas sumó 13 puntos, quedó eliminado de Copa Argentina y perdió el Clásico. Por eso necesitará victorias inmediatas para calmar los ánimos. Todo un problema.

Tendrá que prenderle velas a Leal y esperar que tenga un semestre iluminado y sin lesiones; necesitará de un Sarmiento más comprometido; deberá encontrar solidez defensiva con la dupla Bianchi-Fontanini; y sobre todo habrá que esperar que los pibes le den la chispa que el equipo necesita para salir de una zona de mediocridad.

Arsenal será la primera prueba, en la previa una buena chance para empezar con el pie derecho. Porque si pisa mal de arranque, se puede caer rápido.

Newell’s recibe al colista Arsenal y está obligado a ganar