Por Fabrizio Turturici

Es ardua la tarea de realizar un análisis riguroso en un partido que significaba fin de ciclo y claramente fue disputado como tal, pero quizás ese haya sido el principal error de Newell’s: jugarlo a media máquina y resignando sus posibilidades en la presente edición de la Copa de la Liga, con otro equipo volcado a la cancha sin juego pero, sobre todo, sin reacción.

La goleada de 4 a 0 en manos de Defensa y Justicia mandó a la Lepra no solo al fondo de la tabla de posiciones sino también del pozo anímico, un lugar de donde está obligado a empezar a salir. A partir de hoy, todo es incertidumbre hasta que se confirme el nombre del reemplazante de Kudelka, que tendrá una durísima labor en frente.

Para colmo, la zurda prodigiosa de Benítez hizo más complicadas las cosas con dos golazos sin nada que hacer para la última línea leprosa, en un resignamiento que se palpaba sobre el campo del Tito Tomaghello: solo era cuestión de minutos para que el entrenador se despida y los jugadores reseteen la cabeza con la llegada de otro cuerpo técnico.

No obstante se pueden destacar algunos puntos preocupantes que resaltan la mediocridad del presente rojinegro, como el -nulo- volúmen de juego en el mediocampo, con jugadores desconectados entre sí, y la falta de movilidad de los de arriba, todas cuestiones que volvieron a hacer de la pelota parada la única arma para llevar algo de peligro.

Otro grave error táctico y estratégico de Kudelka fue el de plantear un equipo largo que se partía en el medio y se regalaba en el fondo, justo ante un rival cuya especialidad es salir rápido de contragolpe, por lo que una simple pelota en profundidad podía dejar a sus delanteros mano a mano con campo abierto para seguir estirando la cuenta.

El segundo tiempo sobró de principio a fin: una mala salida de Lema que derivó en el penal de Aguerre convertido por Bou y una contra letal finiquitada por Pizzini adornaron la goleada para Defensa y acentuaron el papelón para Newell’s. Un final inmerecido para el DT que lo salvó del descenso y lo puso en el plano internacional. ¿Y ahora, qué? ¿Y quién?