Por Pablo Martínez – enviado especial a Formosa

El técnico de Central transmite tranquilidad. A paso firme transita el hotel formoseño donde se hospeda el contingente canalla. Pero la procesión va por dentro. Es que por tercera vez en un corto período de tiempo, sus dirigidos tendrán que respaldarlo en otro partido límite.

La pobre performance futbolística de su equipo lo obliga a conseguir un buen resultado esta noche, porque de manera contraria, una derrota signaría el cierre de su ciclo en el Canalla.

Sin embargo, al hincha poco le importan los antecedentes cercanos y sueña con alcanzar una nueva final (la cuarta consecutiva), aunque no haya argumentos futbolísticos que la respalden.

En esta ruleta rusa, que el DT uruguayo está obligado a jugar, el triunfo lo revitalizaría y hasta podría depositar a Central en la próxima edición de la Copa Libertadores. Una traspié esta noche marcaría el punto final que, de no ser por la Copa Argentina, ya se hubiera decretado.