Por Enrique Genovar

Ni el más optimista hincha canalla creía, antes del reinicio del torneo, que en la vigésimo segunda Central iba a estar en zona de Sudamericana. Pero a fuerza de resultados el equipo de Paolo Montero se metió entre los que la jugarán el año que viene. Y fue con triunfos que el DT cambió las dudas que generó su llegada por reconocimiento.

Claro que todavía falta, pero es un mérito de este equipo haber llegado donde está y con lo que aún falta por disputarse. Es que cuando llegó el técnico uruguayo el equipo estaba cerca del fondo de la tabla y estaba muy lejos de los diez primeros equipos.

Pero nadie esperaba o mejor dicho muy pocos, tenían la esperanza de que el equipo iba a poder ser protagonista.

A Montero no le quedó otra que ganar y ganar. Y así fue. El uruguayo armó un equipo con algunos retoques, especialmente en la zona de los zagueros. Hizo que Teo sea un jugador fundamental y puso suplir las ida de Montoya y Lo Celso.

Más allá de los nombres le insertó más garra aún al equipo. Es que Central juega con el overol puesto casi todos los partidos. Y ante Aldosivi a esa enjundia le agregó paciencia y fue justamente ese atributo el que le sirvió para quedarse con el partido.

Central pasó airoso las bondades del fixture. Ahora vendrá lo bravo, pero este equipo dio muestras suficientes de que está preparado para enfrentar los desafíos que se le vienen.