Por Santiago Fraga, desde Junín

Las seis mil localidades puestas en venta desde el martes en el Gigante de Arroyito se agotaron rápidamente. El debut de Rosario Central en la Copa Argentina 2016 llega con sed de revancha por las dos finales perdidas, pero también con la ilusión de que la tercera será la vencida.

El primer punto en el mapa indicó Junín como destino. El estadio Eva Perón, donde el club Sarmiento hace las veces de local y donde ya jugaron Newell’s y Sansinena por esta misma fase, será la sede del choque por los 32avos de final entre el Canalla y Villa Mitre de Bahía Blanca, equipo que disputa los fines de semana el Torneo Federal A.

Los hinchas de la Acadé prepararon desde temprano sus banderas y camisetas y se volcaron a la ruta en autos, colectivos, motos e incluso algunos hasta haciendo dedo. Poco importa que la Copa recién empiece, la Canallada promete apoyar a su equipo con un lleno en la tribuna que la organización le otorgó.

De hecho, realmente pocos hinchas imaginan un posible resultado. Consultados por Conclusión, la mayoría se encontraba más pensando en el viaje en sí, en el asado que iban a hacer en el camino y en el color que pondrán en la popular, gracias en parte a un rival que, en los papeles, llega como cenicienta, muy por debajo del nivel de Rosario Central.

Los clásicos a disputarse por Copa Santa Fe los próximos domingos, pese a que no serán los titulares quienes estén en cancha, también ocupan más lugar en la consideración de los hinchas Canallas que el cotejo de esta tarde. No obstante, siempre hay que ir paso a paso, y bajo ningún punto de vista puede confiarse el equipo de Eduardo Coudet en este encuentro.

A las 17.30 comenzará a rodar la pelota. Tanto el público canalla como los 500 bahienses que adquirieron su entrada para el partido prometen dar colorido a un estadio que, al final, tendrá sólo a uno de ellos con la fiesta completa.