Lionel Messi dejará por un momento el sábado de ser el «10» del seleccionado argentino para convertirse en el «100», ya que ese será el número de partidos que cumplirá vistiendo la camiseta albiceleste, y como un designio reservado solamente para las estrellas, alcanzará ese privilegio justo en la jornada en la Argentina celebrará el «Día de la Bandera».

Lionel Andrés Messi Cuccitini, quien el próximo miércoles 24 cumplirá 28 años, nació con un aura que además de convertirlo en el mejor futbolista del mundo por estos tiempos lo llevó a romper récords sin parar a lo largo de su carrera, aún los más insólitos como el registrado en su debut en el seleccionado argentino. Es que justo el día de su presentación con la casaca argentina, aquel 17 de agosto de 2005, ya dejó una marca, aunque obviamente no fue la que él deseó ni mucho menos imaginó: se fue expulsado por el árbitro alemán Markus Merk a los 47 segundos de ingresar al campo de juego. El hecho tuvo lugar en el estadio Ferenc Puskas, de Hungría, donde el equipo argentino venció en un amistoso al representativo local por 2 a 1 y José Pekerman lo habilitó para que tuviera su «primera vez» con la mayor. Messi ingresó a los 18 minutos del segundo tiempo por el delantero Lisandro López y en su primera acción forcejeó con el volante Vilmos Vanczák, levantó el codo hasta el rostro de su rival e inmediatamente vio la tarjeta roja. Primer récord. Nunca un debutante con la selección se fue tan rápido.

Pero precisamente la rapidez, y sobre todo con la pelota al pie, un sello que lo llevó a encumbrarse como el mejor de su especie, fue lo que lo llevó en los años posteriores a un meteórico ascenso hasta la cima del mundo.

Llegaron después muchas conquistas con Barcelona, cuatro balones de oro para sus vitrinas personales, pero con la camiseta argentina siempre quedó una cuenta pendiente, por prestaciones anodinas en algunas ocasiones, por falta de algún título en otras, y con la comparación permanente sobre lo que rendía «aquí y allá» pendiendo sobre su cabeza cual «espada de Damocles».

Ni el subcampeonato mundial del año pasado en Brasil alcanzó para saldar esa deuda y quitar definitivamente esa espina clavada en muchos argentinos. Por eso esta Copa América se le presenta al rosarino como una gran oportunidad de reivindicación personal. Y aunque para muchos no le haga falta, él también lo toma así y lo refleja en sus dichos. «Llegar a los cien partidos con la camiseta argentina será una gran felicidad, pero yo quiero festejarlo el 4 de julio ganando esta Copa América, porque todavía no pude levantar ningún trofeo con la selección mayor», le confesó el rosarino a la agencia de noticias Télam y otros medios argentinos después que el triunfo sobre Uruguay cambiara los humores de todos.

«Con la selección viví experiencias muy lindas y pasé por muchos momentos complicados también, que me hicieron crecer como jugador, pero me falta conseguir un campeonato con el equipo y creo que esta vez en Chile se me va a dar, se nos va a dar a todos», se ilusionó.

«Por eso insisto en que cumplir cien partidos con esta camiseta es un enorme orgullo para mi, pero necesito que esto venga acompañado de un título, ya que lo que más deseo es levantar una Copa con el seleccionado argentino y con este grupo», remarcó con la insistencia y el entusiasmo de un chico que no parece haber ganado la Champions League hace un puñadito de días nada más.

Mañana ante Jamaica, cuando el seleccionado de Gerardo Martino cierre su participación en el grupo B de esta Copa América en Viña del Mar, Messi cumplirá cien partidos vistiendo la camiseta argentina. Cuatro días después llegará a sus 28 años de existencia. El 17 de agosto venidero celebrará 10 años como jugador de la selección. Pero a todos esos festejos cronológicos les falta la fecha de un título con la «albiceleste». Quizás el 4 de julio lo sea. Por lo menos él lo desea como nunca.