Maximiliano Rodríguez, ídolo de Newell’s y referente del plantel conducido por Lucas Bernardi, fue en los últimos tiempos víctima de múltiples amenazas. En consecuencia, brindó una extensa entrevista a La Nación y disparó para todos lados.

En primer lugar, Maxi analizó la situación vivida meses atrás, cuando balearon la casa de su abuela Beatríz. “Es difícil de explicar el sentimiento que me une con el club. Me tocó vivir momentos muy feos y llegué a replantearme irme a jugar a cualquier lado”, dijo, a la vez que agregó: “Este club es difícil de entender, cada uno busca su propio beneficio. Se lo dije al presidente en la cara, nadie me puede reprochar nada. Si vamos a buscar el beneficio para cada uno, estamos muertos”.

“Yo, que volví por la camiseta, veo como unos y otros se pelean por dos pesos”, remarcó Maxi. Y analizó que en Newell’s “hay celos, porque hubo un antes y un después de las llegadas de Maxi Rodríguez y Gabriel Heinze. A muchos les molestó que llegáramos y Newell’s saliera campeón. Personas que estuvieron antes y no lo pudieron lograr”, expresó indignado.

La Fiera, sin desviar el foco y la intensidad de sus declaraciones, continuó: “El enemigo es interno, ya se lo dije a los dirigentes, pero quizás no quieran tomar decisiones porque hay que tocar a sus amigos…”, lanzó. “Me da un poquito de miedo la situación. Perdés un partido y te putean, ¡no lo voy a entender nunca! Hoy digo que quiero retirarme con esta camiseta, y a lo mejor después me termino cansando y me quiero ir”.

Al ser consultado sobre qué haría con un nuevo incidente en la casa de su abuela, Rodríguez fue muy contundente al aclarar que “todo tiene un límite. Es que yo ya me tendría que haber ido a la mierda”, aseveró luego de preguntarse: “Si yo no hice nada, no maté a nadie ni robé”.

Sobre el clásico rosarino que su equipo disputa contra Central, contó que “se fue todo de las manos. El folclore de esta ciudad era maravilloso, pero acá ya se cruzaron todos los límites. Todo se fue potenciando, la prensa tampoco ayudó. Pueden repetir mil veces que Maxi Rodríguez no entrena, entonces el tipo lo escucha y va mal dispuesto a la cancha. Después, el domingo Newell’s pierde y el hincha sentencia: Maxi está de joda. Porque convengamos otra cosa: el hincha está confundido, se cree que las alegrías se las tiene que dar el jugador de fútbol, y no es así; las alegrías se las debe dar el país, el Gobierno”, reflexionó la Fiera.