Por Pablo Martínez

El entrenador Marcelo Vaquero es un referente del ascenso rosarino, dirigió en los últimos tiempos a todos los equipos de la ciudad (Argentino, Tiro Federal, Central Córdoba y Coronel Aguirre). En diálogo con Conclusión, hizo un recorrido por su carrera como técnico y el futuro inmediato, conduciendo al salaíto.

La primera pregunta, apuntó a describir el perfil de un DT de categorías menores de AFA: «El ascenso no es igual a la primera división, ser técnico de ascenso no es sólo elegir buenos jugadores, porque en algunas casos, se debe completar la formación de los mismos. Como por ejemplo, los jugadores que empezaron sus carreras en Newell’s o Central, tienen la posibilidad en estas categorías, de cumplir sus sueños de jugar en primera».

En cuanto al presente de Vaquero, se lo consultó sobre el presente de Argentino, después de no llegar a cumplir el objetivo de clasificar al Reducido de la D, como prepara junto a los dirigentes del albo, el nuevo equipo para 2016: «Cuando nosotros asumimos, el objetivo fue muy puntual, era salvarnos de la desafiliación, porque estaba en un gravísima situación en el promedio. La condición para que yo asumiera, era armar un buen plantel en el futuro y Mariatti esta cumpliendo. Vamos a tratar de armar un equipo, que pueda sostener en este torneo corto, una pelea por el ascenso».

El técnico salaíto, también se refirió a la conformación del plantel de la temporada próxima: «Hay chicos de inferiores que prematuramente se han sumado al primer equipo y nos han dado buenos resultados. Pero hay otros, que lógicamente le falta capacitación, por eso si nosotros queremos pelear bien arriba, tenemos que tener jugadores formados, que entiendan la divisional y saber lo que es ponerse la casaca de Argentino».

Dejando de lado el presente del conductor táctico, se le preguntó sobre su paso en falso en Tiro Federal y afirmó: «Es muy simple, nosotros trabajamos con mucho tiempo de anticipación, armamos un plantel y en una charla con el presidente (Carlos Dávola), le planteamos una idea de juego, pero necesitabamos traer cuatro o cinco refuerzos, que ya estaban en club. Ellos eran: Sanchez Prette, Lamanna, Britez y Seveiro, pero después se cayeron esos contratos y el plantel se achicó. Los primeros resultados fueron adversos, no nos pusimos de acuerdo con el dirigente principal y nos fuimos del club».

Vaquero fue protagonista de un ascenso histórico de Central Córdoba en 2013, cuando superó a Sportivo Italiano en la serie final y en ésta época el conjunto de Tablada, tiene una oportunidad similar; se le preguntó sobre la fórmula para quedarse con el objetivo: «Haciendo un balance de ese momento, cuando lo tomamos al equipo, hacía ocho partidos que no ganaba, pero hay que reconocer que estaban en zona de clasificación y lo pudimos mantener. Además, tuvimos quince partidos invictos y logramos el ascenso, creo que fue muy importante, el equipo venía de perder una final, estaban más maduros, no tuvimos lesionados y expulsados y había mucho hambre».

Sobre su carrera de entrenador, la historia marca que Vaquero no dirigió equipos fuera de la ciudad y explicó los motivos: «Me cuesta mucho alejarme de Rosario, por ahí estoy cuatro días en Buenos Aires, y no veo la hora de regresar. Sin dudas, que es una condición especial que tengo, quizás no priorizo lo económico sino sentirme feliz y cómodo en el lugar donde dirijo. Es una materia pendiente, entiendo que estoy en Argentino, lo hacemos con mucho entusiasmo, pero soy conciente que en algún momento tenga que irme a otro lado».

En cuanto a la ansiedad del hincha salaíto por ascender de categoría, el orientador señaló: «Hay mucho deseo de salir de la división, Argentino es un club para desarrollarse, porque no hay presiones extremas, eso es importante, para poderlo llevar a cabo».

Marcelo Vaquero termina de contestar y sigue pensando en la ingeniería futbolística, que deberá aplicar, para formar un equipo competitivo, que no puede tener jugadores que hayan sido profesionales. Como siempre, el técnico inicia otro desafío importante: abandonar la última categoría del fútbol argentino.