Rosario es una vez más sede de un Mundial. En este caso el torneo más prestigioso de arquería se desarrolla en la ciudad hasta el próximo domingo 8. Más de 60 de delegaciones viajaron a la Cuna de la Bandera para disputar este campeonato en cuatro categorías diferentes según la edad (junior y cadetes) y por el tipo de arco (recurvo y compuesto).

En este caso, el seleccionado de Argentina está conformado por 14 competidores, un número muy importante comparado con los 5 que viajaron a China en 2013 y la nula participación en Inglaterra hace dos años.

En diálogo con la prensa, cinco integrantes de la selección quienes dejaron sus sensaciones y experiencias en este Mundial.

Desde Santo Tomé llegaron tres de los catorce argentinos. Una de ellas es Melisa Escarlon Gaite, tiradora junior en recurvo, quien desembarcó en la arquería a través de la escuela de Amílcar Tourn. “Hace 5 años que empecé a entrenar y me había puesto como meta llegar al seleccionado, ahora tengo que buscar un objetivo nuevo”, sostuvo Melisa.

Desde la misma ciudad y escuela que Melisa, llegaron las hermanas Agustina y Victoria Carozza. Ambas comparten el arco recurvo pero en distintas categorías, la primera en junior y la segunda en cadete.

Coincidir en un cita mundialista con la familia es algo que no sucede a menudo. «No se puede explicar», afirmó Victoria, quien con 15 años ya cuenta con tres torneos internacionales en su haber: Costa Rica en 2016 y México este mismo año, pero éste es el primero en el que coincide con su hermana.

«Me sentí con mucha confianza», dijo la menor de las hermanas luego de terminar de competir en la etapa clasificatoria. «Hace 5 años que estoy entrenando, fui unas de las primeras en la escuela» y junto a Melisa son de las más experimentadas tiradoras que salieron desde la escuela de Tourn.

Agustina contó cómo llegaron a la práctica de este deporte. «Mi papá jugaba al fútbol, tuvo una lesión, en el club enseñaban arquería y comenzó a tirar, después me sumé yo pero dejé unos años», contó. Y aseguró que volvió a tirar porque su hermana empezó y a ella la entusiasmó otra vez: «4 años seguidos vengo haciéndolo, es mi primer torneo internacional».

El padre de las hermanas, amante del tiro con arco, es parte del contingente de voluntarios. Corriendo de un lado para otro se detuvo un momento y lanzó: «Es un orgullo muy grande, verlas con la camiseta de la selección es una alegría». Aunque Agustina fue más allá y reveló: «Cuando se enteró que estábamos seleccionadas lloró, cuando nos vio con la ropa de Argentina lloró» y se le ruborizaba la cara mirando al padre.

Tanto Melisa como la más grande de las Carozza compiten en junior, y si bien se fueron contentas con su actuación, Agustina, remordiéndose, deslizó: «Me ganó porque yo no estaba bien, las flechas me las iba a buscar mi coach, no me podía ni mover. Sentía que le podía ganar».

Victoria, luego de terminar de competir, analizó su participación y destacó su clasificación (58 de 93) mientras se acercaba otra de las integrantes de la selección, la oriunda de Mar del Plata Shaiel Peters, quien tiene la particularidad de ser la más joven de toda la delegación nacional. Con apenas 14 años, y casi 3 en el deporte, manifestó: «Pensé que el contexto me iba a perjudicar pero la primera pasada la hice a mi nivel, después la segunda apareció todo eso y bajé el nivel».

«Fui al cumpleaños de un amigo y estaban enseñando, nadie les prestó atención y obvio que yo sí, así fue como arranqué», relató Shaiel muy sencillamente sus inicios con el arco y la flecha hasta llegar a este Mundial en la ciudad.

Todas concluyeron que el deporte tomó relevancia para las autoridades nacionales en el último tiempo. «Antes le importaban más los seniors (categoría de mayores), ahora se está teniendo más apoyo» y se mostraron muy complacidos con la organización y apoyo obtenido.

Ellos también tiran

Esteban Franke y Joaquín Melo, integrantes del elenco nacional, contaron sus primeras experiencias en la disciplina.

“Es una sensación única vivir un evento de esta magnitud en nuestro país. Nos costó mucho llegar hasta acá, y tratamos de disfrutar y rendir al máximo”, dijo Esteban.

Por su parte, Joaquín contó: ”Es una mezcla de sentimientos encontrados, vestir la camiseta argentina es un orgullo pero a la vez significa una obligación de hacerlo de la mejor manera”.

Con respecto a los objetivos planteados para este Mundial, Esteban dijo: “Voy a intentar hacer lo mejor posible y plasmar lo que venía mostrando en los entrenamientos, todo es una instancia de aprendizaje”. En contrapartida, el bonaerense Melo, quien disputó su primera competencia internacional, confesó: “Para soñar lo hago en grande, mi meta es clasificar entre los primeros diez”.

 

El Mundial de tiro con arco en Rosario sumó sus primeras medallas