El pueblo Rojinegro tiene un gran entusiasmo, siente que esta tarde es el día D, para cortar la racha negativa ante Central, hace cinco partidos que no puede vencer al rival de siempre.

El jueves en el banderazo, los simpatizantes Ñulistas, lo transmitían a cada momento, los cánticos y el fervor, desbordaban de las tribunas habilitadas para el evento.

La tradicional convocatoria en la previa del clásico, convocó a la familia del equipo del Parque Independencia, muchos padres con sus hijos, viviendo juntos, un momento de alto valor sentimental.

Como Nahuel, que estaba con su hijo pequeño, brindándole el respaldo al equipo de Osella: «Tengo mucha fe, aunque el equipo no esté jugando bien, haciéndole el aguante en el banderazo, la gente de Newell’s siempre está acá». Y agregó: «Ganarle a Huracán sirvió de mucho, es un gran envión anímico, ellos andan mal y hay que aprovecharlo».

En otro sector del Coloso, Iván, opinaba en la previa al gran match: «Estoy muy ilusionado con ganarle a Central, porque después del partido con Huracán, el equipo cambió la actitud. Lo anímico es fundamental, ya es la hora de ganar». Y añadió: «No viene bien el equipo, pero a pesar de eso, la gente entusiasma y contagia. Vamos a ganar 1 a 0, con eso nos alcanza».

Dentro del campo de juego, tuvo un lugar preponderante, la querida vieja Amelia, histórica hincha Leprosa, que llevó a miles de hinchas por todo el país, cuando organizaba los viajes para acompañar al Rojinegro. La seguidora eterna, afirmó: «Yo soy leprosa a muerte. Vengo desde los 5 años y tengo 91. Mirá cómo estoy, hecha una piltrafa, y vengo igual”.

En la tribuna del Palomar, Sergio, se emocionaba con el grito ensordecedor del «de Newell’s yo soy» y contaba sus sensaciones: «Esto es maravilloso, Newell’s es un sentimiento, mira esto, no se puede explicar».

El tiempo se agota, el almuerzo del mediodía será más temprano, el pueblo Leproso vive con ansias, la previa al duelo con los rivales de toda la vida. Pero esta tarde, sienten que están dadas las condiciones para volver al triunfo ante Central. El Coloso va a explotar a las 14, el momento en que la pelota eche a rodar y ya no habrá más palabras, solo fútbol.