Por José Szpilard

No había mañana para los Cleveland Cavaliers si querían seguir con vida en estas finales. Debían ganar el cuarto juego de esta serie y así también evitar que los dirigidos por Steve Kerr sacaran la “escoba”. En la antesala de este decisivo juego muchos ya daban por campeones a unos Warriors muy superiores a lo largo de estas finales, pero los Cavs, tocados en su orgullo y amor propio, salieron a jugar de una manera arrolladora y muy convencida de que no querían ser barridos y menos de local.

El juego comenzó a toda máquina por parte de los Cavaliers que carburaban a la perfección en el costado ofensivo, anotando a diestra y siniestra demostrando todo su repertorio en ataque con su” moustro de tres cabezas” en modo infernal. Eso se plasmaba en el primer cuarto ya de entrada, (metió 26 puntos en los primeros cinco minutos). Y ese segmento concluía 49-33 a favor de los de Lue.

A partir de allí el trámite del juego lo tuvo a Cleveland siempre al frente del marcador y nunca por debajo de los 10 puntos de diferencia. El conjunto local sacó a relucir todo su arsenal ofensivo, sumado a que la defensa de Golden State hizo agua por varios lados de la duela.  Irving y Lebrón se lucieron de manera magistral, por ende la primera mitad fue favorable para los dueños de casa por un contundente 83-61. Imparables.

Un estadio colmado de aficionados eran testigos de un show de buen juego por parte de su equipo como no se lo vio en toda esta serie final. La segunda mitad fue parecida a la primera, los Cavaliers siguieron controlando el juego, aún cuando los californianos reaccionaban por momentos con mucha eficacia en sus tiros. Los de Oakland  tocaron la puerta en el marcador, lograron ponerse a doce 104-92 en el epílogo del tercer período pero rápidamente los locales por medio de dos bombas seguidas, una de Deron Williams y otra del “Rey”, cerraron ese segmento con 19 de renta a su favor, 115-96.

Quedaba por ver que iba a suceder en el último cuarto del juego. No cambió mucho la tendencia del partido, los Warriors salieron a “quemar” sus naves y aunque se aproximaron peligrosamente, los Cavs siguieron con el pie en el acelerador y no hubo remontada posible para Curry, Durant y compañía. El marcador final fue de 137-116. Victoria de principio a fin.

Victoria tan necesaria como fundamental para las aspiraciones de los de Ohio de poder revertir un 0-3 en contra y saben que el lunes tendrán otra chance de acercarse. Por el lado de los Warriors siguen siendo los amplios favoritos y ahora tendrán la responsabilidad de cerrar estas finales en su casa para poder alzarse con el tan ansiado anillo de campeonato.

En  los Cavaliers, su “big three” se combinó para anotar 94 puntos con un Lebrón James otra vez siendo triple-doble figura con 31 tantos, 10 rebotes y 11 asistencias (novena triple decena para él, superando a Magic Johnson en ese rubro en finales), Irving la rompió convirtiendo 40 puntos y el ala pivot Kevin Love añadió 23 con 5 tableros. En los Warriors no alcanzaron las producciones ni de Durant, autor de 35 ni de  Green que metió 16 y bajó 14 rebotes. Flojo partido para Curry (14 puntos) que no estuvo fino con el aro como acostumbra. Seria 3-1 a favor de Golden State que se traslada nuevamente al Oracle arena de Oakland.