El clásico rosarino que disputaron Central y Newell’s en el Gigante de Arroyito terminó en empate de 1 a 1 y las estadísticas se encargan de demostrar que el resultado fue justo, o al menos de que los números fueron parejos en casi todos los aspectos del juego. Conclusión te acerca la información del encuentro de la mano de Data Factory:

Imprecisos por igual

En cuanto al manejo de la pelota, asombra la paridad de ambos equipos en varios aspectos particulares: en primer término, la posesión del balón, que fue de 51 contra 49 por ciento favorable para el equipo de Kudelka sobre el de Cocca.

En segundo lugar, los leprosos contabilizaron un total de 201 pases contra 200 de los canallas, mientras que los acertados fueron de 143 para ambos. El número de pases incorrectos fue amplio y parejo: 58 de Newell’s contra 57 de Central.

Así las cosas, el porcentaje terminó beneficiando al elenco de Arroyito como el más correcto a la hora de tratar el balón, ya que sumó un 72% de efectividad en pases contra el 71 de su contrincante. A los dos les jugó en contra el nerviosismo.

Parejos en llegadas

Aunque el partido fue trabado en el mediocampo y tuvo poca acción en las áreas, Central y Newell’s pisaron el acelerador una cantidad de veces similar a la hora de poner en peligro el arco de enfrente, que estuvo bastante tranquilo para Jeremías Ledesma y Alan Aguerre.

Es que los canallas contabilizaron cinco remates, de los cuales dos fueron al arco, una directamente afuera, una pegó en el travesaño tras un extraño centro de Ciro Rius y la otra fue el gol de Claudio Riaño para empatar las cosas.

En tanto que los leprosos tuvieron seis disparos en total: dos al arco, una al travesaño de Denis Rodríguez y una fue el gol de cabeza de Cristian Lema, por lo que la única diferencia fue que envió dos afuera para salir perjudicado en los porcentajes.

Otros detalles del juego

Toda una particularidad para un clásico rosarino es que el equipo visitante haya tenido más tiros de esquina a su favor que el local, ya que los de Kudelka tuvieron cinco a su favor y uno terminó en gol, mientras que los de Cocca tuvieron 3 y fueron desperdiciados.

Las asistencias terminaron siendo una por lado: Mariano Bíttolo ejecutando el córner para el solitario frentazo de Lema y Leonardo Gil cabeceando para dejarlo a Riaño mano a mano para el gol, ambos en el segundo tiempo y casi de manera consecutiva.

En materia de recuperación del balón, Newell’s fue mucho más eficaz con 23 a su favor, mientras que Central apenas pudo hacerlo 16 veces en todo el encuentro. Esto quiere decir que el mediocampo y la defensa leprosa se mostraron más sólidos.

Las figuras del encuentro

Según las estadísticas, el mejor del partido fue el delantero auriazul Claudio Riaño (con 7,7), autor del empate para su equipo pero de buen desempeño entre los zagueros rivales, aguantando el balón y descargando de manera acertada en el 91% de las ocasiones.

Lo siguieron el volante Leonardo Gil (con 7,6), encargado justamente de ceder una asistencia y de rematar dos veces al arco, además de repartir juego con 34 pases en total a sus compañeros, 29 acertados y 5 erróneos.

El tercer jugador en ocupar el podio del partido fue el defensor leproso Cristian Lema (con 6,6), no solamente por abrir el marcador en Arroyito sino también por salir 11 de 13 veces bien desde el fondo, aunque no recuperó tanto.

El arbitraje de Merlos

Otro de los focos de polémica de la tarde fue el arbitraje de Andrés Merlo, demasiado permisivo en las entradas generales, tanto es así que en un clásico de pierna fuerte solamente sacó tres amonestaciones y todas fueron para el visitante: Denis Rodríguez, Cristian Lema y Ángelo Gabrielli fueron los que vieron la tarjeta amarilla.

Sin embargo, el equipo que más infracciones cometió en el Gigante de Arroyito fue Newell’s, con 16 propias contra 13 de los canallas, y el jugador que más sumó en ese sentido fue el mediocampista rojinegro Julián Fernández, con cinco en total.

En líneas generales, el arbitraje de Merlos fue bastante flojo: los leprosos lo tildaron de localista por perjudicarlo en dos ocasiones polémicas donde pudo haber sancionado la pena máxima y los canallas lo acusaron de permitirle al rival hacer tiempo.