Por Santiago Fraga

Nada es inalcanzable”, asegura uno de los chicos, y se encarga de demostrar que tiene razón. Tras varios años de malas directivas que lo llevaron al borde del abismo institucional y futbolístico, el Club Atlético Central Córdoba quiere resurgir, y para ello tiene consigo un grupo de jóvenes dispuestos a dar todo por ver al Charrúa entre lo más alto.

La Subcomisión de Jóvenes de Central Córdoba arrancó a principios de año y ya suma unos 31 adeptos. Ellos luchan y realizan tareas por ver brillar al club de sus amores y no sólo dentro del campo de juego, sino en toda la vida social del mismo.

La idea surgió porque había un montón de gente con muchas ganas de hacer cosas, y en el club, a diferencia de lo que dice la mayoría, hay muchos jóvenes y con muchas ganas de hacer”, sostiene Julio. Es jueves por la noche y eso significa que están reunidos en el bar de la Sede Social de calle San Martín, pensando en qué pueden hacer para mejorar la vida institucional del club.

Todo empezó con una revista, esa misma que hoy cada hincha Charrúa recibe al entrar al Gabino Sosa en el día del partido. A partir de su creación y desarrollo el grupo se comenzó a fortalecer, y eso los inspiró a ponerse objetivos cada vez más altos.

Así, con el correr de los meses, con la recaudación de la misma y la organización de un torneo de truco en la sede consiguieron el dinero suficiente para comprar los equipos de iluminación que hoy alumbran a los chicos que juegan en el predio de Villa Gobernador Gálvez, donde en invierno ya anochecía después de las cinco de la tarde y la oscuridad les impedía practicar.

Más tarde, en el arranque de la temporada 2016/17, el estadio Gabino Sosa volvió a tener gracias a ellos una viva voz del estadio, símbolo característico de cualquier club de fútbol. También, en base a sus trabajos, jugadores como Ramiro Leone y Cristian Vella tuvieron un merecido reconocimiento, y organizaron las traffics para que los hinchas de Central Córdoba puedan viajar a Banfield y a Las Parejas.

«Lo principal de todo esto es ver a Central Córdoba en la posición más importante a nivel social»

No es fácil, pero ellos luchan todos los días contra los fantasmas que acechan a la institución de barrio Tablada. A base de su esfuerzo se ganaron el apoyo de la Comisión Directiva, formando parte dos miembros de la misma y aportando ideas o problemáticas para poder entre todos alcanzar la mejor solución para el club.

Ideas surgen siempre un montón. Lo que pasa es que como hace 5 o 6 meses arrancamos se nos hace dificil solventar todos los gastos con tan pocos eventos que llevamos realizados hasta ahora, y también se hace difícil que la gente te tenga confianza en cierto punto, porque no vienen de buenas historias, y entonces que la gente se acerque a colaborar al club cuesta un poquito”, añade otro de los muchachos.

El club atravesó un proceso de cambios profundos, y eso habilitó a que empiece a llegar otra gente con la posibilidad de participar realmente. El principal objetivo que se ponen los integrantes de la Subcomisión es que la gente vuelva a acercarse y darle vida social al club, pero para ello saben que también tienen que recuperar la confianza que el hincha y simpatizante ha perdido en la institución.

Me da la sensación de que hay mucha gente que quiere venir y colaborar y no encuentra el medio. Por eso nosotros no nos tenemos que cerrar. El otro día colaboramos con el chico que fue a jugar el torneo de ajedrez que organizaba el Torneo de Cultura de AFA. Creemos que eso es lo que te abre las puertas. Ampliarnos del fútbol. Eso es lo que abre a lo social y va a acercar mucha gente para pasar al frente”; esa es la idea que simboliza el espíritu del trabajo de estos Charrúas.

Un dato no menor es que cuando se creó la Subcomisión el equipo andaba muy bien, llegando incluso a disputar y pelear la final por el ascenso a la Primera B.

Es todo un círculo. Todo depende de cómo le vaya al equipo. Si al equipo le va bien va a ir más gente a la cancha, van a tener más ganas de colaborar, nosotros vamos a tener más plata, vamos a hacer más obras y el club va a seguir creciendo. Para que ese círculo pase hay un montón de condicionamientos que no dependen de nosotros, dependen de que el equipo juegue bien, de que la pelota entre en el arco y de que un penal te haga ascender o no”, agregan. Hoy el presente futbolístico es complicado, pero eso a ellos sólo les hace redoblar la apuesta.

«Si la pelota entra o no entra no depende de nosotros, pero si uno va al vestuario y el techo se le cae a pedazos algo va mal, o que un chico de inferiores no tenga agua caliente»

La mirada puesta en el futuro

Los integrantes de la Subcomisión saben que los que integran la Comisión Directiva son, en general, gente mayor, y que eso significa que en un momento el club deberá afrontar un recambio generacional.

Así también, son conscientes de que ese recambio tiene que provenir desde gente interna al club, que pise las baldosas y conozca los rincones del estadio, el predio y la sede; que deben evitar a los famosos “paracaidistas” que ha sufrido Central Córdoba.

Son ambiciosos, pero con sueños materializables: “Eso también es un incentivo. Saber que en un futuro podés ser miembro de la Comisión Directiva del club que alentás desde chiquito”.

A veces se critica que a los clubes llega gente de afuera pero eso pasa evidentemente porque los de adentro no se involucran”, reflexionan en ese sentido.

De esta manera, la principal misión que se proponen es acercar al club a gente con ganas de hacer cosas, o que por lo menos le devuelvan la vida social que alguna vez supo tener.

Con la recaudación de la revista y la organización de un torneo de truco en la sede, consiguieron el dinero suficiente para comprar los equipos de iluminación que hoy alumbran a los chicos que juegan en el predio de Villa Gobernador Gálvez

Recuperar la parte social

La gente usaba mucho el club. La pileta de natación era un foco importante de público. Una vez perdida la pileta la gente se fue a otros clubes de la Sexta y de Zona Sur, y ese caudal de socios y de gente ahora ya no está”, cuentan la problemática que acecha al Matador. El club no luce las familias que en algún momento supieron llenar la sede, pero poco a poco camina hacia la reactivación con el desarrollo de disciplinas como taekwondo, handball, fútbol femenino, futsal, patín y hasta cumbia cruzada.

Asimismo, uno de los propósitos que se imponen es el de sacar el habito de la gente que “va a la cancha y después a su casa”. Quieren integrarlos, que asistan a las reuniones, que planteen sus propuestas y que vea cada uno en qué puede colaborar. Así también con la revista y la reactivación del sitio web lograron una pata fundamental en el proceso, que es la comunicación: “Que la gente se entere de lo que se hace, porque si no se enteran al final es como que no haces nada”.

Hoy día, la mayoría de las charlas gira en torno a la fiesta que organizan de los 110 años que el club cumplirá el 20 de octubre próximo. Nuestra idea es un acto popular en la calle, cortar la avenida San Martín bien en frente de la sede, convocar bandas, engancharlo con la maratón y darle una vida un poco más social acá en la sede”, comienzan a anticipar, y agregan: “Tenemos un lugar en una ubicación estratégica que por ahora es tiene poca gente, poco movimiento, y queremos justamente a partir de ese acto traer a la gente, que vean que hay una Subcomisión de Jóvenes que está trabajando y a su vez que vean bandas de música y se monte un buffet para mostrar el trabajo que estamos haciendo y que la gente del barrio se sume”.

Finalmente, todos coinciden en que lo principal de todo este trabajo que realizan es ver a Central Córdoba en la posición más importante a nivel social. “Por sobre lo futbolistico, porque si la pelota entra o no entra no depende de nosotros, pero si uno va al vestuario y el techo se le cae a pedazos algo va mal, o que un chico de inferiores no tenga agua caliente. Son cosas pequeñas pero son detalles muy importantes que hacen a un club. Entonces esas cosas te tocan, y si uno piensa que puede colaborar y arreglar lo va a hacer”.

Para salvar al club del abandono, de la desidia y colocarlo en el lugar de grandeza que recuerdan de algún pasado más alegre. Hoy son 31, pero sueñan con que en el futuro los hinchas charrúas se acerquen y entre todos colaboren para hacer grande a Central Córdoba.