Con el equipo ideal o con el alternativo. En el Gigante o lejos de casa. Por el torneo o por la Copa. La idea es la misma: ser protagonista más allá de los rivales y de dónde juegue. Ganar, perder y empatar figuran en el diccionario del técnico de Central. Pero lo que no aparece en ninguna página del mismo es el significado de bajar los brazos.

Ante Independiente y River por el campeonato local. Frente a Nacional y Palmeiras por la Libertadores. La ambición del Canalla es «insoportable» para los rivales.

Levantó una primera media hora de decisiones erráticas en Avellaneda, empató luego de ir perdiendo por dos goles ante el Millonario, en la última bocha de la noche puso algo de justicia al igualarle el partido al histórico equipo de Montevideo y la última muestra la dio en Brasil donde bailó al Verdao en el complemento.

La única diferencia que hay entre las dos competencias es que en el ámbito local los resultados van de la mano con lo que muestra en la cancha y en la Copa no.

Central es candidato en el torneo argentino y a pesar de que solamente sumó una unidad en la competencia internacional, tras las primeras dos presentaciones está un punto por debajo de la clasificación. No hay dudas que la única diferencia está en el resultado; ya que la idea no se negocia ni se negociará…