Por Enrique Genovar

Central ante Banfield tocó fondo. Pero tiene la gran posibilidad de salir rápidamente. Es que este miércoles frente a Boca, en Mendoza, jugará el partido más importante del semestre. Y si lo gana lo hecho ante el Taladro quedará como una mala anécdota y nada más. Claro que de no pasar en la Copa se agudizará la crisis futbolística y no quedará otra que cambiar de entrenador.

El miércoles el Canalla se juega todo. Es que la Copa Argentina es el primer objetivo que se trazó el plantel y el cuerpo técnico en lo que queda de este 2017. Es por esto que a Central y, especialmente, a Paolo Montero no le queda otra que conseguir el pase a cuartos de final.

La imagen que dejó el Canalla en la goleada sufrida en el Gigante es para preocuparse. Central no tuvo ideas, fue un equipo lleno de errores y tuvo rendimientos individuales muy por debajo de lo esperado. Pero el hecho de que la mayoría jugaron mal expone al entrenador como mayor responsable, responsabilidad que asumió en las declaraciones que realizó tras el partido.

A los hinchas poco le importa la autocrítica del DT. Solamente quieren ver un equipo competitivo en cancha, que refleje la importante erogación de dinero que se hizo en el mercado de pases, pero principalmente el pueblo canalla quiere que en Mendoza Central elimine a Boca y para eso se encomiendan a que el equipo despierte de una vez y a la parte lúdica de este deporte. Depende de Montero y de sus jugadores salir de la crisis a la cual ingresó tras la derrota en el Gigante con Banfield.