El rosarino Nahuel Leiva, anunciado como incorporación del Barcelona B, alcanzó el pico de su carrera tras haber tenido un duro comienzo en juveniles por no contar con recursos para ir a entrenar y comprarse los botines.

El mediocampista, de 21 años, hizo inferiores en Central, pero dejó de concurrir a las prácticas porque no tenía para costear sus viajes ni calzado para jugar.

Enterado de esta situación, Agrupación Deportiva Infantil Unión Rosario (Adiur), que compite en la Liga Rosarina y tiene un funcionamiento similar a lo que fuera la Academia Griffa, lo rescató cuando la pesadilla de dejar el fútbol estaba a la vuelta de la esquina.

«El chico no tenía zapatillas ni botines. Y no tenía para irse a entrenar en Central y por eso terminó alejándose de ese club. Nosotros le habíamos visto condiciones y lo captamos», dijo a NA Fabián Soldini, director deportivo de Adiur.

Esta institución rosarina vio a Leiva en Santa Isabel de Hungría, un equipo de la liga local, y enterado que el pase estaba aún en el «Canalla» fue a negociar.

«Los clubes grandes a veces no les pagan las cosas a los chicos por una cuestión que ellos tienen muchos más jugadores que nosotros, que tan sólo contamos con 22 por categoría.

Entonces, ellos nos dieron el pase a cambio de un 20 por ciento de una futura operación», contó Soldini, quien fuera el primer representante de Lionel Messi.

Al tiempo, Leiva fue cedido al Villarreal de España a través de un convenio que Adiur tiene con esa institución.

Si al finalizar en junio el préstamo de seis meses el Barcelona hace uso de la opción de compra cuyo monto no trascendió, Adiur se quedará con el diez por ciento de la cifra, que no recibirá «limpia» en su cuenta debido a que tendrá que darle un 20 por ciento a Central.

«A Leiva lo ayudamos a sacar a la familia de la villa en la que vivían. Cuando Villarreal le hizo el primer contrato, le pedimos que le compren una casa y ellos accedieron», afirmó Soldini, cuya institución compite en el Federal B en la primera división.