Desde su creación en 1900 la Copa Davis mantuvo un estilo característico que llevó a que un deporte individual sea sentido por todo un país como un triunfo colectivo, y generando en los jugadores un espíritu nacionalista que no se logra en el circuito profesional.

Es verdad, también, que muchas veces los tenistas brindaron prioridad a su ascenso personal, dejando de lado la Copa Davis, una competición controlada por la ITF y lejos del abarcamiento de la ATP.

En 1900, Harvard Dwight Filley Davis, un joven estudiante norteamericano, se unió al equipo de ese país como capitán y jugador, y donó la famosa Copa de Plata, que perduró en el tiempo y se transformó en la Ensaladera que muestra los países y el detalle de todas las finales.

Ese primer duelo fue entre el local Estados Unidos y GranBretaña, un conjunto que tenía a grandes jugadores y llegó como claro favorito al certamen disputado en el Longwood Cricket Club de Boston.

Por eso la victoria de los Estados Unidos, en la actualidad el más ganador del torneo con 32 victorias, por 3 a 0 y apenas cediendo un set, resultó sorpresiva.

Sin embargo, los protagonistas de esas primeras ediciones de la Copa Davis fueron Gran Bretaña y Australasia, quienes se quedaron con 5 y 6 títulos, respectivamente.

En 1920, con la aparición de Bill Tilden y William Johnston,EEUU recuperó la Ensaladera y no se desprendió de ella durante 7 ediciones consecutivas.

En medio de esa supremacía incomparable, Argentina hizo su debut en 1923 -luego de un fallido intento en 1921-, donde perdió por 4-1 frente a Suiza, por los cuartos de final del Grupo Mundial.

Carlos Caminos, Ronaldo Boyd, Guillermo Robson y Alfredo Villegas fueron los partícipes de aquella serie en Ginebra.

Francia, con sus «cuatro mosqueteros» Henri Cochet, Rene Lacoste, Jean Borotra, Jacques Brugnon, hizo su aparición de la mejor manera y ganó seis títulos seguidos.

La Davis fue tomando forma con el paso de los años y creció paso a paso hasta convertirse en el torneo más importante a nivel mundial por equipos.

En la mitad del siglo pasado, todos los jugadores ni siquiera dudaban en subirse a los barcos, navegar durante días, perderse de ganar dinero en los torneos «normales» y defender la bandera de su país.

En 1981 Argentina, con Guillermo Vilas y José Luis Clerc, viajó a Cincinatti para definir con el Estados Unidos de John Mcenroe, sobre cemento. Los partidos fueron cerrados pero los estadounidenses se impusieron por 3 a 1.

En 2006, 25 años después de la primera final, el conjunto albiceleste definió la copa en Moscú, frente a Rusia. En ese momento el cordobés David Nalbandian ganó sus dos puntos, pero Safin derrotó a Acasuso para volcar la serie a favor de los rusos.

En 2008 Argentina tuvo su gran chance jugando como local frente a Mar del Plata, y frente a España sin Rafael Nadal. Pero algunas diferencias internas y un Del Potro cansado luego de jugar el Masters de Shangai fueron determinantes para el 3 a 1 de los ibéricos.

3 años después, en 2011, España y Argentina se volvieron a encontrar, esta vez en Sevilla. El equipo nacional no pudo frente a la potencia de Nadal y Ferrer y cayó por 3 a 1.

Pese a la rica historia de este certamen, la Ensaladera de Plata le fue esquiva a la Argentina, quien no pudo conseguirla en cuatro finales jugadas. Hasta hoy…