Por Pablo Martínez

La sede de Central es una romería. Se nota que se acerca el comienzo de los campeonatos Transición y Copa Libertadores, y los hinchas no quieren perderse nada, pues se renueva la expectativa. En medio del entusiasmo centralista, el vicepresidente 1º del club, Luciano Cefaratti, recibe a Conclusión.

Son días muy agitados para el dirigente canalla, pues cerrar los refuerzos pretendidos por el técnico Eduardo Coudet demanda horas de negociaciones para llegar a buen puerto. En este punto, Cefaratti se muestra satisfecho: «Estamos muy contentos, creemos que hicimos un gran libro de pases, en este caso con el agravante para bien de concretar la compra de pases, como el de Javier Pinola, Marco Ruben y Damián Musto, jugadores que son importantes para este plantel. Lo de Marco Ruben es histórico para el club, la transferencia más cara de la historia de Central, un anhelo que teníamos todos».

El dirigente centralista no tiene una fórmula para conseguir incorporaciones, todo es gracias al aporte del socio: «A la gente le pedimos sacrificio y ve la reciprocidad de parte de la dirigencia, hoy todo lo que aporta la gente de Central se ve reflejado en la cancha, acá no hay misterio, no hay incertidumbre, la gente no tiene que preguntarse en qué se gasta la plata del club, está claro que la aplicación de fondos es transparente y por eso hoy Central está considerado verdaderamente una potencia a nivel nacional en lo deportivo, como así mucho que no pasaba».

«Siempre dijimos que Central tenía potencial para pelear arriba, sólo faltaba que la gente vuelva a creer, a confiar, porque el apoyo de los socios es el motor principal. Hoy estamos sobre una venta histórica de abonos a plateas, con el lanzamiento de la marca oficial, que ya no queda indumentaria de todo lo que se produce y con el débito automático que es fundamental. Todo esto se hace porque somos razonables, ordenados y previsores a la hora de manejar los fondos del club, hoy se ve que no se hacen locuras, cada decisión que se toma tiene un proceso, un proyecto y tiene una razonabilidad», sentenció el vice.

«Somos razonables, ordenados y previsores a la hora de manejar los fondos del club; no se hacen locuras»

En cuanto a las notorias diferencias con la comisión directiva anterior, señaló: «La gente eligió un modelo de gestión distinta a lo que venía acostumbrado; décadas de decadencia institucional y deportiva y hoy tenemos un presente distinto, está a la vista en los resultados que Central tiene potencialidad. Sólo hay dos o tres clubes en la Argentina que tienen esa potencialidad. Lo que pasaba antes lo tendrán que explicar los dirigentes anteriores. Hoy con grandes sacrificios y cuidando su patrimonio, logramos tener un equipo súper competitivo en cancha, sin descuidar la parte edilicia de los predios. Van 15 meses de gestión y los resultados están a la vista».

El Luso, como le dicen los amigos de toda la vida, creció dirigencialmente durante su participación en la agrupación Crece y allí empezó a imaginarse como sería su futuro: «Uno sabía que se estaba preparando para algo muy grande, porque te condiciona la vida, esto te absorve muchísimo, pero acá hay equipos de trabajo, esto no depende ni de una o dos personas, como quizás ocurrió históricamente en el club. Hay muchos compañeros trabajando y eso facilita mucho las cosas, cada uno está en un sector, es que se logró una mancomunión de esfuerzos y de gente preparada que durante años tenía claro lo que quería para el club y eso te hace proyectar y tener una gestión integral».

En cuanto a la ingratitud que tiene la actividad dirigencial, en cuanto conflictos externos e internos, Cefaratti afirmó: «Hay momentos donde uno se cuestiona muchas cosas, pasaba en la previa, con muchos años de militancia y también pasa hoy y es ahí donde está el sostén, la familia, los amigos y sobre todo los compañeros, con quienes compartimos mucho tiempo, más que con la familia. Siempre hablamos que teníamos que tener un vínculo directo y profundo, a tal punto que hoy no se fue nadie, porque hay un vínculo de afecto y de confianza que se generó entre nosotros, esa es la clave, cuando vemos que alguno está bajando por algún problema, estamos ahí para acompañarlo».

Sin embargo, conducir los destinos de un club tan importante, también es un desafío: «Ser dirigente es un sacrificio muy grande, es vocación, ya que quien no tiene vocación política o de servicio no puede estar acá, hay que estar todo el día, porque hay que suprimir un montón de cosas de la vida; se sabe que va a ganar menos dinero y todo se justifica por la pasión por Central, siempre hablando de un dirigente honesto y decente, estamos muy orgullosos que la gente lo valore».

Durante la charla con Conclusión, el vice 1º de Central se refirió a las dos finales en la que el Canalla no pudo gritar campeón: «En cuanto al resultado deportivo de esas finales, es muy díficil hacer autocrítica, porque no depende de uno. En 2014 perdimos una final con Huracán que nadie pensaba perderla, porque considerábamos que éramos superiores a un equipo que venía a los ponchazos en el Nacional B, creo deportivamente que Central no sacó ninguna ventaja y el resultado estuvo a la vista. Y con respecto a la final con Boca, para nosotros no merece un análisis deportivo, sino un análisis de un factor externo, el árbitro y el línea, ya nos cansamos de decirlo, lo hicimos saber ese mismo día en el momento que estaba pasando el partido, a Central le arrebataron la posibilidad de ser campeón, porque Boca podía ganar con armas genuinas y legítimas y no fue así».

«Cuando uno hace las cosas decentemente, no puede tener autrocrítica, nosotros creemos en la buena fe, la verdad y la justicia, nos manejamos de manera honesta, defendiendo los intereses del club, fuimos a cuestionar el arbitraje en el momento de la designación con fundamentos. Siempre intentamos ganar con armas legítimas, no se dio, seguramente en algún momento se dará. Haber llegado a la final, en la forma que se llegó, porque en el camino quedaron afuera River, campeón de la Libertadores, Estudiantes y Racing, que es uno de los mejores equipos de la Argentina. Además, peleamos hasta el final el campeonato local con Boca. En los últimos 30 años, Central había peleado dos veces un torneo, esto demuestra que estamos en un camino correcto», sentenció Cefaratti.

Para finalizar, se refirió al futuro cercano: «Ahora tenemos dos lindas oportunidades, hay un torneo de AFA corto y está la Copa Libertadores, que es el anhelo máximo de todos los clubes de Sudamérica y todos estamos trabajando para eso, jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. Estamos en el buen camino y si no es ahora, se dará muy pronto, pero creo que más temprano que tarde: Central va a poder coronar todo lo bueno que viene haciendo».

La charla se termina y Luciano Cefaratti se levanta del sillón con rapidez. En la sala contigua lo espera la mesa directiva: hay reunión tras reunión. Así es la jornada del dirigente auriazul. Como un jugador de fútbol que en su niñez soñaba con jugar en primera, Cefaratti anhelaba llegar al lugar dónde está para cambiar el rumbo de una institución que había perdido su norte y así, recuperar el brillo perdido.