Por José Odisio

«La gente valora el triunfo, no otra cosa». No está tan errado Diego Osella al decir esta frase que resume su idea sobre la victoria de Newell’s.

Sin importar merecimientos, la Lepra necesitaba ganar, y Osella mucho más. Por eso la gran jugada de Scocco y el posterior gol le dio al análisis otra mirada y al técnico cierta tranquilidad.

No se puede tapar que el equipo no jugó bien. Los refuerzos, salvo Quignon, estuvieron lejos de las expectativas; Pocrnjic fue figura; y Formica y Maxi no gravitaron como se esperaba. Así, Quilmes, un rejuntado con más voluntad que ideas, le hizo partido y casi le gana. Y si eso hubiera pasado, en este momento en el Parque los hinchas estarían reclamando la cabeza de Osella.

Pero apareció Scocco. Bastó con un rapto de jerarquía del delantero para armar una apilada, provocar un penal y definir el pleito. Y entonces, los comentarios críticos de la prensa se ‘alivianaron’, los hinchas se olvidaron por un rato de pedir la hoguera para técnico y jugadores, las próximas dos semanas se transitarán en paz.

¿Se deben revisar y corregir errores? Mucho. ¿Los refuerzos deben levantar su nivel? Sin dudas. ¿El equipo necesita de otra versión de Formica y Maxi? A gritos. ¿La defensa debe no mostrarse tan vulnerable? Debería. Pero se ganó y con eso basta. Osella tiene razón.