Con un buen primer tiempo y una pésima segunda parte, Newell’s volvió a regalar un clásico al padecer la falta de variantes para renovar al equipo, tanto en el nombre por nombre como a la hora de poder encontrar una alternativa a un partido cerrado, con un equipo plantado en defensa y otro inconexo en ataque.

Con la ausencia sensible de Éver Banega, el jugador más determinante de este equipo, Mauricio Larriera optó por cambiar el esquema a un 4-4-2, con Julián Fernández y Rodrigo Fernández Cedrés ocupando el mediocampo como doble cinco y con Guillermo May acompañando en el área a Juan Ignacio Ramírez como doble punta.

Sin poder centralizar el juego en el último tercio, las decisiones ofensivas de Newell’s empezaron siempre por Fernández Cedrés, que retrocedía un par de metros en la cancha para tener el panorama más amplio y decidir por qué sector iba a transcurrir el ataque.

Esa decisión de armar la jugada desde tan abajo favoreció a la ‘Lepra’ frente a un rival muy cauteloso, que esperó siempre en su propio campo apostando al desgaste del propio rojinegro para animarse a elaborar una jugada, y con la pelota parada como principal objetivo de daño.

Con el partido así planteado, fue Newell’s quien tuvo la pelota y las intenciones, recuperando rápido en su propia cancha y avanzando peligrosamente metros en la cancha.

Si bien no fue capaz de encontrar con claridad a su goleador Ramírez, por esta vía la ‘Lepra’ terminó teniendo algunas chances e incluso abriendo el marcador por intermedio de Francisco González, aunque dicha jugada luego sería anulada por offside.

En la segunda parte, se vio desde el vamos un equipo más desgastado, con menos piernas que en la primera etapa y, por ende, con menos intensidad en las subidas.

El primer reflejo de esto fue la constante inconexión entre los laterales y los extremos en el ataque, restándole peligrosidad a cada ofensiva rojinegra.

Central tomó nota de esto y comenzó a subir sus líneas de a poco. Así, terminó encontrando también el cansancio de los defensores, y en la primera jugada en la que encontró a la defensa mal parada terminó convirtiendo el gol con el primer tiro al arco del partido.

Solo eso le bastó al visitante para hacer su partido. De allí en adelante solamente apostó por consumir los minutos, aprovechando la desesperación del local y la falta de conexión e ideas.

Con el resultado adverso también salió a la luz el otro gran problema que tiene este Newell’s, que es el nulo recambio en todas sus posiciones. Así como lo pagó con el cambio obligado de Banega, también lo hizo luego a la hora de tener que salir a buscar el partido esta noche, debiendo mandar a la cancha a tres juveniles que aún no están asentados en Primera.

Pese a que por las concesiones lógicas del rival la ‘Lepra’ tuvo algún que otro acercamiento, con un Ramírez que no estuvo fino en el arco, lo cierto es que nunca logró conectar llegadas de claridad y donde más estuvo cerca fueron en jugadas sucias en las que Ian Glavinovich o Giovani Chiaverano no pudieron rematar bien ante Jorge Broun.

El final del encuentro se dio con un equipo apagado, con centros que no llegaban al área y la falta de un revulsivo capaz de otorgar una alternativa cuando con los partidos están cerrados.

Newell’s tendrá ahora la obligación de aprovechar sus dos próximos partidos de local para mantener la chance de clasificar a la siguiente fase.