Por Santiago A. Fraga

Dos errores de Mauricio Arboleda y una pálida imagen ofensiva terminaron sentenciando esta noche la derrota de Newell’s Old Boys por 2 a 0 ante el River Plate de Marcelo Gallardo, que sin ser abrumador en el juego pudo aprovechar las desinteligencias del rojinegro para ganar sin pisar el acelerador.

Con Leonel Vangioni y Willer Ditta como únicos puntos rescatables, la Lepra volvió a mostrar sus falencias tras lo que había sido una dura derrota por 3 a 0 en manos de Argentinos Juniors, pero quizás la preocupación más grande que queda de cara al futuro próximo es que este plantel rojinegro no permite ningún esquema alejado del 4-3-3.

El hecho de no contar con mediocampistas con dinámica ni tampoco tener volantes naturales por los costados termina obligando a que el equipo deba jugar siempre con internos, cercenando así también la posibilidad de implementar dos puntas arriba o probar otras variantes, que son fundamentales en el desenvolvimiento de un torneo y principalmente en partidos como los de esta noche.

A lo largo del primer tiempo, Javier Sanguinetti exhibió un equipo corto, apostando defensivamente por un marcaje zonal que permitiera ocasionalmente atorar a los jugadores de River en las zonas de creación, apelando también a un juego fuerte (que valió dos amarillas, y pudieron ser más) y sin arriesgarse presionando alto.

A través de ello, el equipo de Marcelo Gallardo en ningún momento pudo imponer una superioridad abrumadora. Sin embargo, Newell’s se mostró distraído en muchos pasajes del encuentro y permitió así llegadas muy claras de River en donde la suerte estuvo más de una vez del lado de Mauricio Arboleda.

En ataque, la Lepra se mostró inconexa y sin una idea eficaz para generar peligro. La propuesta de un 4-3-3 falló reiteradamente debido a la imprecisión de Nicolás Castro y a la escasa eficacia dos extremos que nunca llegaron a cumplir su rol, sin una buena comunicación con los laterales y con cada desborde terminando en la intrascendencia (es decir, con el atacante encarando sin poder gambetear y teniendo eventualmente que sacarse la pelota de encima y sobre la marca, aspirando como mucho a ganar un córner).

De esa manera, además, no se hizo sentir la presencia de un 9 de área como Juan García, ya que nunca pudo ser abastecido en su sector natural ni tampoco se supo encontrar con los volantes. En lo único en lo que pudo mostrar su valía fue a la hora de pelearse con los centrales, donde supo imponer su físico.

Las únicas virtudes de la primera etapa se encontraron en un Willer Ditta que demostró mucha solidez, en un Leonel Vangioni que puso su experiencia para ser el único en sacar diferencias con su juego, y en de alguna forma haber podido lograr el arco en cero.

El segundo tiempo comenzó rápidamente con un nuevo llamado de atención de River a la defensa leprosa, a través de un remate de Enzo Fernández a los 2 minutos que pegó en el palo e inexplicablemente no se metió.

Eventualmente, Sanguinetti apostó por otro esquema y paró en cancha un 4-4-2, con el problema de no tener volantes naturales por los costados (no sólo en los concentrados, sino en todo el plantel) y tener que improvisar en esos roles a González y a Ramiro Sordo. De esa forma, García y Djorkaeff Reasco compartieron dupla por primera vez, aunque aquello solo duró 10 minutos debido a que la lesión de Vangioni obligó a que el ‘Piri’ vaya como delantero, al no haber ninguna ventana de cambio disponible.

Sin embargo, y en el momento más tranquilo del partido, una nueva desinteligencia de Newell’s le terminó regalando el primer gol del partido a River. Arboleda, un arquero que en estos primeros partidos contagió mucha inseguridad, se equivocó en la salida por tercera vez en el encuentro y ya no tuvo la suerte que en las jugadas anteriores, cediéndole la pelota a ‘Juanfer’ Quintero que definió suavemente con el arco en soledad.

Nuevamente el arquero colombiano sería el protagonista del segundo tanto de River, con una muy floja reacción ante un débil remate de Robert Rojas que se le terminó escabulliendo.

Este nuevo error le valió la reprobación generalizada del público y habrá que ver si también le costará el puesto, teniendo en cuenta que su suplente es un arquero juvenil (Franco Herrera, ya que Ramiro Macagno está lesionado) y, principalmente, que fue el único refuerzo que verdaderamente pidió el técnico Sanguinetti. Lo cierto es que aún si el DT decide sostenerlo y darle una nueva oportunidad, le será muy difícil poder recuperar la confianza del hincha leproso.

A partir del segundo gol, el partido comenzó a bajar sus persianas. Gallardo prefirió no arriesgar de más y mantener la pelota y el resultado, mientras que Newell’s, desarmado, nunca estuvo cerca de generar riesgo, ni con intenciones ni con empuje.

Poco se pudo observar de Reasco y solamente quedó tiempo para ver el ímpetu sin técnica de Sordo, el único que al menos intentó empujar en los minutos finales, y las críticas a Arboleda en cada intervención suya.

Este partido, finalmente, deja más dudas que certezas sobre el plantel y las posibilidades que tiene Newell’s Old Boys en este torneo corto, y la única seguridad de que todavía falta otro mercado de pases para terminar de completar un equipo aunque sea un poco competitivo.

A su vez, queda el susto de saber si la lesión de Leonel Vangioni será grave, algo que será decisivo para las aspiraciones que pueda tener este equipo en el semestre.

El próximo cruce de Newell’s será ante el difícil Talleres como visitante el próximo lunes 28 de febrero a las 19.15, mientras que por la fecha 5 volverá a jugar en el Coloso el domingo 5 de marzo a las 17, recibiendo a Atlético Tucumán.