Por Enrique Genovar

Solamente el fútbol puede mostrar dos caras tan distintas. Es que Central está a un partido de poder jugar la Libertadores del año próximo, a dos encuentros de poder cortar una sequía de 22 años sin títulos y al mismo tiempo está en el fondo de la tabla. Por un lado la realidad en la Copa Argentina y por el otro el presente en la Superliga.

Un nuevo fin de semana pasó y con él otro fracaso futbolístico del equipo de Paolo Montero. Esta vez fue ante un rival que también guardó piezas y el Canalla fue el peor de los dos.

¿Hasta cuándo seguirá esta situación considerando que en el futuro esta falta de puntos puede ser peligroso? Hoy las cartas están sobre la mesa. Es que el tiempo de haber agarrado el sartén por el mango ya pasó. Hoy está todo en lo que suceda el viernes, si Central se convierte en finalista Montero continuará y si no lo hace el cambio de entrenador será un hecho.

Pero un dato a tener en cuenta es que antes de una posible final, el Canalla deberá jugar tres partidos por el campeonato local. Es por esto que los directivos ahora sí deberán estar muy atentos a lo que pase con el equipo en Córdoba cuando juegue con Talleres.

No hay dudas de que esta situación tan distinta debe terminar. Y los caminos son dos: con una reacción del equipo en la Superliga o con un cambio de mando…