Ensayo de terror

Por Santiago A. Fraga

Sebastián Méndez sigue sin encontrarle la vuelta al equipo y Newell’s volvió a quedar en una tremenda deuda ante su gente, exhibiendo un juego preocupante y más aún estando a las puertas de un nuevo clásico de la ciudad.

Y es que si bien el partido contra Central es el próximo fin de semana, el ‘Gallego’ ya lo empezó a jugar con parte de lo ensayado esta noche.

Como forma de suplir las bajas para este encuentro, pero también como prueba para el que seguramente va a ser el esquema en la fecha 10, Méndez dispuso un 3-5-2, con la intención de poblar la defensa y darle un compañero de ataque a Juan Ignacio Ramírez.

Sin embargo, a pesar del nuevo dibujo, en la cancha se volvieron a ver los mismos errores que el equipo arrastra desde el primer partido tras la reanudación del campeonato.

Ya en el primer tiempo, Newell’s se mostró con un equipo sin sorpresa, con transiciones lentas y un ritmo cansino.

Pese a ponerse en ventaja rápidamente gracias a un gran centro de Gabriel Carabajal y una buena conexión de Tomás Pérez, la ‘Lepra’ no supo aprovechar el gol de superioridad y poco a poco fue cayendo en su propio juego.

Al igual que en los partidos pasados, se vio un equipo extremadamente largo, con una gran distancia entre quien lleva la pelota y sus compañeros que se traduce en que en cada posesión ninguno tiene opciones de pases y los ataques se diluyen en jugadas obvias o en malad entregas.

En simultáneo, lejos de otorgar mayor seguridad, la línea de tres pareció complicar aún más a los centrales, que lucieron descoordinados en la marca y lo pagaron caro en cada gol ‘pincha’.

Si bien es cierto que al equipo de este viernes le faltaron piezas claves como Éver Banega, Armando Méndez, Ángelo Martino y el cinco (Julián Fernández y Rodrigo Cedrés), la principal preocupación pasa porque los errores de este partido no fueron (solamente) individuales, sino que la propia disposición táctica se encargó de cercenar las chances leprosas en defensa y ataque.

Al hablar de nombres, sin embargo, también se notó que Fernando Cardozo no puede jugar de carrilero sin alguien atrás, que Ramírez no encuentra su lugar (ni se esfuerza por hacerlo), que a Pérez el medio le quedó grande, que Leonel Vangioni está a un ritmo menos que sus compañeros y que las actuaciones de Brian Calderara y Francisco González son, sencillamente, pésimas.

El otro aliciente gravísimo es la apatía absoluta que demuestran los jugadores en el mal resultado. Ya cuando ni siquiera se intentan tapar los errores con ganas, el estado es crítico.

Párrafo aparte para el juez de línea Sebastián Ranieri, que se puso la camiseta de Estudiantes a lo Juan Sebastián Verón y salvó una pelota que se iba al lateral dando un pase magnífico para que el ‘Pincha’ termine marcando el cuarto ante una nueva nula resistencia defensiva.

Con apenas cinco partidos en el cargo, Méndez llega al clásico con el crédito muy debilitado ante el hincha, y sumándose el equipo una aún mayor obligación de dar una muestra de carácter y conseguir un buen resultado.