Por Fabrizio Turturici

Central empató 2 a 2 con River en un partido para ponerlo en un Marco para la historia, ya que el ídolo canalla convirtió un doblete para alcanzar los 99 festejos y superar a Waldino Aguirre en la tabla de máximos artilleros, aunque lamentablemente Palavecino respondió con dos tantos para impedir que el Gigante de Arroyito viva su fiesta completa en la tarde del domingo.

El Canalla llegaba a este compromiso con la obligación de ganar, no por ser favorito ni mucho menos, ya que del otro lado se encontraba el flamante campeón del fútbol argentino y uno de los mejores equipos de la década a nivel sudamericano, sino para acercarse a la clasificación a las copas internacionales, que dicho por los propios protagonistas, era el gran y único objetivo.

En este contexto, envalentonado por las últimas dos victorias contra Atlético Tucumán y Colón de Santa Fe, donde había demostrado una notable capacidad goleadora como consecuencia a la gran producción ofensiva, mientras que su faceta defensiva había maquillado agujeros sin pasar zozobras como estaba acostumbrada, se le aparecía enfrente el equipo de Gallardo.

Y lejos de adornarle el pasillo de campeón con una lujosa alfombra roja, los del Kily González salieron a hacerles sentir el rigor de arranque, lo que sumado al grito de guerra que bajaba de las tribunas, permitió adormecerlos para imponer los términos propios. Cortando los circuitos de juego con pierna fuerte en la presión alta, supo combinar avances de riesgo casi siempre comandados por Vecchio, aunque Lo Celso también hilvanó pases de peligro.

Fue justamente el ’10’ auriazul quien en una jugada a pura habilidad como las que acostumbra, sobre la media hora de juego, habilitó a Marco Ruben para un gol histórico en Arroyito, que le permitió alcanzar la marca de 98 festejos que ostentaba Waldino Aguirre en la lista de máximos artilleros. Con esta situación lograba una merecida victoria que justificó después durante todo el primer tiempo.

En el complemento, no obstante, se vio la mano del Muñeco para solucionar falencias y devolverle el conocimiento a sus dirigidos. El ingreso de Carrascal le dio otro manejo al ataque riverplatense, pero del otro lado Vecchio seguía encendido y, al abrir la pelota para Blanco, el ídolo auriazul MR9 se lanzó de palomita a la historia, ampliando el marcador a favor para jugar con otra tranquilidad el resto del partido.

Todo era felicidad hasta que dos tremendos remates de Palavecino en la medialuna del área cambiaron la historia, pero no fueron jugadas aisladas sino que se correspondieron a la mejoría del visitante. La roja a Ojeda terminó de inclinar la cancha en favor del campeón, mientras que el anterior cambio de Covea por Marinelli no dieron sus frutos y el de Tanlongo fue tardío, porque hubiera estado bien una ayuda en la contención.

En definitiva Central se quedó con un punto que en cualquier otro momento hubiera firmado con los ojos cerrados y aunque River le aguó la fiesta, nunca se olvidará de la jornada en la que su ídolo Marco Ruben se transformó en el máximo goleador de la institución en el profesionalismo. Y al final del encuentro, todos los hinchas se olvidaron del resultado para ovacionar al ‘9’, en una imagen que quedará enmarcada por siempre.