Por Paulo Vigliercho

Rosario Central volvió a sonreír en la Copa de la Liga, y lo hizo cuando la situación lo ameritaba. El margen de error se empezaba a achicar, por ellos resultaba fundamental brindar una respuesta sobre todo desde lo anímico.

Con un 4-4-2 clásico, cómo hacía más de un año no se veía en Arroyito, el Canalla lució más compensado en sus líneas. Desde el orden, pudo administrar los tiempos del encuentro, que se le presentó favorable desde el arranque con el soberbio cabezazo de Quintana tras un gran centro.

Fue clave la inclusión de Jonathan Gómez compartiendo el eje con Kevin Ortiz. El 60 auriazul no sólo aporto ritmo y colaboración en la marca, sino que a partir de su buen pie y templanza manejó los hilos.

Sin llegar demasiado ni ejercer una supremacía total, Central fue mejor que su rival, dominando acciones y territorio. La practicidad y la efectividad fueron virtudes a remarcar, porque en su tercera llegada clara Martínez Dupuy metió un fuerte puntinazo al ángulo, tras un jugadón individual del pibe Elías Ocampo, y estiró la diferencia.

El Canalla estaba tranquilo, con una mejoría notable respecto de presentaciones anteriores y una merecida ventaja. Sin embargo, eligió complicarse solo las cosas con una falta infantil de Damián Martínez en el área que Pablo De Blasis, el único claro en el Lobo, transformó en gol desde los doce pasos. Un riesgo innecesario cuando nada lo hacía presagiar.

En el complemento, Central eligió defender la exigua superioridad numérica. Ya lo hizo varias veces y le salió bien, pero el contexto ameritaba ir por más.

Así, salvo un par de zurdazos de Malcorra de tiro libre, no volvió a inquietar a Insfrán. Confiaba demasiado en la fortaleza defensiva, que fue un pilar de su invicto en casa.

Russo movió el banco y sacó a jugadores pesados, ya pensando en el partido de la ciudad del domingo que viene. Casi ni sufrió en el arco propio por la pobreza colectiva de Gimnasia.

Aguantando hasta el final, el Canalla se quedó con un triunfo clave. Ahora, a enfocar todos los cañoñes en el choque clásico ante Newell’s.