Por Paulo Viglierchio

Un día la racha se iba a romper, y sucedió. Rosario Central conoció la cara de la derrota en el Gigante de Arroyito luego de mucho tiempo. Aunque el problema de esta noche lejos estuvo de ser ese, sino que radicó en la continuidad de las flojas presentaciones exhibidas en varios tramos de este 2024, que configuran un año irregular tirando para abajo, con la salvedad del aliciente del clásico como único valor a resaltar.

Para este encuentro, el Canalla salió de vuelta con un clásico 4-4-2, con la principal novedad del ingreso de Franco Ibarra por primera vez como titular. En teoría, un esquema que proporciona orden y practicidad, con las líneas juntas y compactas. A decir por el primer tiempo, nada de eso se vio por parte de los dirigidos por Miguel Ángel Russo, que evidenciaron los enormes problemas cuyo origen parte desde el mediocampo.

Tras un comienzo feroz, en el que buscó llevarse por delante a su rival, y donde incluso pudo haberse puesto en ventaja al minuto, con un mano a mano claro que falló Nacho Malcorra, Central se quedó. Perdió muchas pelotas en la mitad, algo preocupante, y Barracas aprovechó al máximo cada error con el balón, ya que tuvo terreno fértil para sus ataques a espaldas de un doble cinco sin contención y volantes por afuera que nunca retroceden. Solo Facundo Mallo sostenía como podía la estructura defensiva.

Por ello, no sorprendió que, a los 18, tras una pérdida inoportuna de O’Connor -muy impreciso- en la zona medular, rodeado de camisetas del Guapo, Cantero sacudiera de derecha con un buen remate de media distancia y vulnerara a Broun. Lindo gol del visitante. El Canalla tenía que sobreponerse a la desventaja numérica y sus propias falencias, tarea compleja por como pintaba el panorama.

Central respondió, se adelantó y estuvo cerca de la igualdad en un par de ocasiones claras, como una de Tobías Cervera, que se lo perdió abajo del arco tras centro de Coyote Rodríguez, y otra en la que Facundo Mallo hizo una de más, se demoró en definir y Moyano lo atoró justo cuando se predisponía a habilitar a Malcorra, que entraba solo por el medio. Faltaba juego, claridad, y tampoco había lucidez en los metros finales para resolver con precisión.

El conjunto auriazul lució nervioso, apurado en sus movimientos y buscando finalizar rápido los avances, sin pensar ni tomándose un segundo para decidir la mejor opción -entre Cervera, Malcorra y Campaz se cansaron de tirar malos centros-. Para colmo, cada descuido abajo otorgaba espacios a la visita. Casi llegando al entretiempo llegó otro fuerte golpe, tras un buen centro por derecha, la pelota lo pasó a Fatura Broun, que se quedó a mitad de camino entre salir a cortar o quedarse, y Capraro sentenció de cabeza. 2 a 0 casi definitorio, escenario impensado en casa.

En el complemento, la ilusión se recuperó con el descuento rápido de Malcorra, que le prendió cartucho de zurda tras un buen pase de O’Connor, la pelota se metió en el palo izquierdo de Moyano. Descuento en momento clave. Todo un tiempo por delante y el empuje de la gente. Descuento en momento clave. Central le metió garra y buscó empujar a partir del apoyo de su gente y una mayor determinación. Entró Maxi Lovera para buscar desnivelar con fútbol, sin desesperarse ni jugar con el reloj del público.

O’Connor levantó el nivel y se asoció más con Campaz, que también elevó un poco el rendimiento, aunque todavía muy lejos de ese jugador desequilibrante y punzante por la banda, que lo llevó a ser el mejor del fútbol argentino en 2023. El Canalla le puso ganas y coraje, pero los cambios de Barracas lograron aplacar la enjundia local, llevando todo al terreno que más le convenía.

Russo mandó a la cancha también a Jonathan Gómez, pero el 60 entró de volante central, en lugar de Franco Ibarra, de actuación más que aceptable, siendo de los más rescatables. En cambio, ‘Jhony’ no pudo hacer pesar su experiencia ni le quedó tiempo para asociarse con los hombres de ataque. También hubo minutos para el juvenil Agustín Módica, pero nuevamente el Canalla equivocó los caminos, eligiendo mal la resolución final. sobre todo en la materia centros.

A puro centro sin destino claro, el partido se le fue a Central, que después de mucho tiempo le tocó irse cabizbajo en Arroyito. Lo perdió por lo hecho en la etapa inicial, donde pifió en todo y se encontró con un contrincante efectivo, esbozó una leve reacción en los 45 finales pero no alcanzó. Habrá que repensar en la semana y buscar soluciones en los días que quedan antes del debut en Copa Libertadores.