Por Enrique Genovar

Solamente falta un partido para que se termine el año. Pero lo que falta no es un juego más, es el clásico. Y esta vez Rosario Central jugará en su casa, ante su gente. El Canalla buscará terminar este 2017 con una sonrisa y justo ante el rival de toda la vida.

Con sólo un puñado de buenos primeros meses, con el temblor que vino luego y con la levantada desde que llegó Fernández. Con todo esto y con la ilusión de siempre el Canalla llega a un partido donde no se divisa un favoritismo marcado como en otros clásicos.

Central debe jugar como lo hizo ante Talleres y Boca. Concentrado al ciento por ciento, ejerciendo presión inteligente en la salida del rival y por sobre todas las cosas vestido con overol.

Un resultado que terminará de encumbrar al técnico de cara al año que viene. Un resultado que podrá maquillar un mal año de decisiones futbolística o agudizará los errores cometidos.

Central nuevamente ante su gente y ante el clásico rival. Con un recibimiento que promete ser espectacular y con la ilusión de seguir aumentando el historial a su favor.