Por Santiago Fraga

Muchas caras nuevas aparecieron por el Parque, pero pocas ha podido conocer la hinchada leprosa. De los ocho refuerzos que han arribado a Newell’s, tan solo dos han arrancado como titulares en el partido de este lunes ante Unión, mientras que cuatro estuvieron en el banco y los otros dos no figuraron entre los convocados.

Bruno Bianchi y Mauro Guevgeozián son quienes Juan Manuel Llop, otra cara nueva aunque bien conocida en la institución, dispuso que hicieran su estreno con la camiseta blanca del rojinegro desde el minuto cero del comienzo de la Superliga.

Los que con más aplausos fueron recibidos fueron el flamante director técnico y Brian Sarmiento, una de las incorporaciones más resonantes, que por problemas físicos debió ver el inicio del partido con la pechera anaranjada puesta e ingresó en el segundo tiempo, al igual que Daniel Opazo.

Rendimientos

En su primera intervención, Bruno Bianchi, luciendo la número 2, impuso su potencia física a pesar de su metro ochentaicuatro de altura sobre Franco Soldano, a quien no dejó tocar la pelota en todo el tramo inicial del encuentro, llegando incluso a cortarle claras chances de gol en ambas etapas.

La principal diferencia con Néstor Moiraghi se vio en el despliegue, ya que junto a Nehuen Paz se encargaron de cubrir toda la zona defensiva, dándole mayor libertad a Valenzuela y San Román para proyectarse.

Por momentos se le complicó ubicarse con el esquema de marca zonal que planteó Llop, pero lo compensó con firmeza a la hora de intervenir y sin tener ningún tipo de reparo a la hora de reventarla. Fue uno de los mejores del partido.

Para Mauro Guevgeozián la cosa estuvo más complicada. Desde un comienzo se lo notó demasiado solo en la zona ofensiva, viendo la pelota ir de un lado a otro lejos de su posición, y para colmo de males vio la amarilla a los once del primer tiempo por una fuerte patada sobre el ex Central Yeimar Gómez Andrade.

De igual manera, de las pocas veces que le llegó la pelota en esa etapa, en la mayoría estuvo en posición adelantada. La más clara la tuvo a los 35’ de la primera parte, cuando Figueroa la pinchó de gran manera y el armenio demoró bastante en definir.

Desde un primer momento se notó que el esquema le quedó bastante incómodo al ex Temperley, a quien le hubiera venido mejor un compañero que hiciera el trabajo sucio de desgaste y movimiento y pudiera concentrarse más en romper la última línea y definir.

Ese compañero que le faltaba fue Daniel Opazo, quien con su ingreso a los 21’ del segundo tiempo descomprimió bastante la presión de la defensa Tatengue sobre el armenio y, en la primera acción de ataque, Guevgeozián pudo conseguir que Gómez Andrade le cometiera un penal que él mismo terminaría capitalizando en gol.

A Brian Sarmiento el turno le tocó a los nueve del segundo tiempo, cuando ingresó con el partido uno a cero abajo y ante una silbatina generalizada a Juan Ignacio Sills. De entrada se mostró intenso y buscó ayuda constantemente para la construcción de las jugadas, pero hasta el reacomodamiento con el ingreso de Opazo nunca encontró un cómplice.

Lo más destacable de su actuación fue que constamente pidió la pelota, participó de las jugada y fue una brújula para un Newell’s que estaba perdidísimo sobre el campo de juego. Fue el encargado de distribuir de un costado a otro la pelota y llevó riesgo al área de Unión con sus centros al área. Su ingreso fue determinante para que la Lepra pudiera rescatar algún punto de este partido.

Las molestias físicas le impidieron a Nery Leyes ser tenido en cuenta para este cotejo, pero las actuaciones de Sills y Elías y cómo se paró el equipo demostraron que el ex Atlético Tucumán puede ser clave en el cambio de cara que debe realizar Newell’s para los próximos encuentros.