El primer traspié de Newell’s en el ciclo de Germán Burgos, que fue por 2 a 1 ante Gimnasia en La Plata, deja una conclusión y es que el equipo puede -por momentos- no encontrar su mejor funcionamiento, pero con o sin juego batallará por el resultado hasta el final.

Hoy el elenco leproso no jugó mucho peor que en anteriores presentaciones, pero el análisis cambia porque así lo indica el marcador final. Vale destacar que otra vez mostró dos caras diferentes en lo que fue un mal primer tiempo y un aceptable complemento.

No obstante hay algunas facetas sobre las que hacer hincapié. Una de ellas es que pese a cerrarse en bloque sobre el arco de Aguerre, sufrió constantes desbordes de un rival que se hizo fuerte con la velocidad de sus extremos y las trepadas de sus laterales.

Otra es que lo mejor que venía demostrando en ataque, con la llegada de los laterales-volantes al área de enfrente, también brilló por su ausencia y eso puede deberse a que le faltó su motor del medio, Pablo Pérez, quien fue resguardado para el clásico.

Con poca generación de fútbol pero muchas ganas, Newell’s terminó acariciando el empate en algunas llegadas «a lo guapo» con la energía renovada de los ingresantes, pero no fueron suficientes para merecerlo y terminó cayendo sin atenuantes en el Bosque.

Seguramente el entrenador rojinegro ya trabaja para sus próximos compromisos, que serán recibir a Libertad de Paraguay por la Copa Sudamericana y visitar a Central en Arroyito por el certamen doméstico, donde deberá volver a trabajar sobre dos valores fundamentales: la solidez defensiva y el pragmatismo ofensivo para aprovechar lo poco que genera.