El Monumento fue una fiesta azul y amarilla. Cuando Caruzzo convirtió el penal con el que Rosario Central venció a Gimnasia y Esgrima de La Plata y se coronó campeón de la Copa Argentina los hinchas salieron rápidamente a festejar y con bocinas y banderas los canallas coparon las calles de la ciudad.

El lugar del festejo instintivamente fue el Monumento a la Bandera. Y cerca de la medianoche, los canallas comenzaron a arribar hasta que minutos después el lugar se vio colmado por hinchas enfervorizados.

Familias y amigos celebraron este título del canalla, que se hizo esperar 23 años, desde que Central ganó la Copa Conmebol en 1995. Pero el grito contenido durante tantos años, finalmente se tradujo en una fiesta de alegría y emoción.

En el lugar se observaron familias y amigos, y personas de todas las edades que festejaron con sus seres queridos. «Le dije a mi hija que no me iba a morir sin ver a Central campeón y se nos dio», dijo un hombre emocionado entrevistado por Conclusión.

Los niños, a su vez, vivieron ese momento con mucha felicidad. «Quiero que Central salga siempre campeón», expresó un nene.

 

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Es que el partido, como toda final, fue sufrido, a tal punto que debió definirse en los penales. Pero la categoría de los pateadores canallas le dio el ansiado título a Central.

En el centro del festejo, los hinchas cantaron y gritaron, pero por sobre todo se abrazaron y se sacaron fotos con sus seres queridos, para guardar el recuerdo de un momento único.