Por Santiago Fraga

Lo que asomaba como una bocanada de aire terminó siendo la repetición de una ya conocida pesadilla. La tercera no fue la vencida y el ‘Mono’ Germán Burgos sumó su tercer empate consecutivo como director técnico de Newell’s en su tercer partido en el banco de suplentes rojinegro.

Pese a que el desarrollo del encuentro termine demostrando que el resultado fue justo, lo cierto es que Newell’s enseñó dos caras completamente diferentes en cada tiempo, y quizás si no hubiera querido cerrar el encuentro tan tempranamente hubiera conseguido una victoria, clave para un equipo que horas antes había caído al fondo de la tabla y necesitaba imperiosamente levantar la confianza y el ánimo.

Nuevamente, el esquema dispuesto en el rojinegro fue un 3-4-3, aunque esta vez mejor acoplado al agregar velocidad y peso ofensivo con Jerónimo Cacciabue tirado a la derecha para ocupar la banda con Alexis Rodríguez (reemplazando a Manuel Llano) e ingresando Juan Sforza en el medio en lugar del lesionado Pablo Pérez.

El mejor jugador del equipo, curiosa y desafortunadamente, sólo disputó 45 minutos. Franco Negri fue determinante en el partido con sus intervenciones, siendo dinámico y logrando anotarse un gol (con la misma fórmula que el anterior ante Atlético Tucumán, buscando la segunda jugada luego de un lateral y clavando un zurdazo) y una asistencia (con un centro impecable para encontrar a Cacciabue entrando por el segundo palo, que definió aún mejor).

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Una molestia terminaría marginando al #38 de iniciar el segundo tiempo, ingresando en su lugar Juan Pablo Freytes, una de las sorpresas de Burgos al pasar de estar relegado en reserva a jugar todos los partidos de la Primera y que con su rendimiento todavía no termina por justificar semejante cambio de consideración, en la mezcla entre nerviosismo y limitaciones. Muy flojo desempeño.

Los problemas físicos se presentan una vez más como un grave problema para este plantel, a los que además de Negri hoy también se sumó la salida temprana de Julián Fernández (por un golpe) y que ya tiene afuera a jugadores como Mariano Bittolo, Franco Escobar, Santiago Gentiletti, Pablo Pérez, Francisco González, Matías Orihuela, Justo Giani, Denis Rodríguez y Braian Rivero.

Así también, es notorio el desgaste en los jugadores que disputan más de 70 minutos, necesitando en este partido salir Alexis Rodríguez y dejando la imagen final de Jonathan Cristaldo, rengueando y en claro sufrimiento, sin poder salir por haberse agotado los cambios.

La mejor versión de Newell’s se vio en el primer tiempo, donde se mostró pragmático aún con las complicaciones propias de una idea en formación. Sin embargo, y pese a contar con un margen como para buscar un tercer gol, la decisión táctica fue, al igual que en la fecha pasada (donde el partido había costado más), clavar una línea de 5 y retroceder mucho más al equipo, al punto de que en la mayor parte del complemento se pudo ver a los once jugadores en el campo propio, como puede verse en la siguiente foto.

Esta idea se vio ratificada luego en las variantes, y en especial en el hecho de que haya terminado sin un delantero centro, dejando de falso 9 a Mauro Formica incluso teniendo a un jugador como Ignacio Scocco en el banco, algo cuanto menos llamativo.

Así, Newell’s terminó pagando caro el meterse tanto atrás, ya que le regaló la oportunidad a Huracán de contar con más chances y de esa forma, luego de haberse salvado milagrosamente en una clara acción, terminaría concediendo el cantadísimo empate.

Uno de los factores claves que decantan en que el equipo termine jugando así es también lo rápido que pierde la pelota, algo que pese a probar distintas variantes termina trayendo como consecuencia las mismas falencias que en el último tiempo y que desnudan también la poca profundidad del plantel, con una ausencia total de jugadores capaces de armar fútbol y cambiar la ecuación.

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Por otra parte, claramente el hecho de amontonar jugadores en la zona defensiva no garantiza que el equipo vaya a defender bien, y aquí se combina también con otro problema que está teniendo mucho este equipo: la considerable cantidad de pelotas aéreas que pierde en defensa (vía por la cual Atlético Tucumán y Huracán le marcaron goles).

Por las características del plantel y los jugadores disponibles, con una sobrepoblación de centrales y una alarmante falta de laterales, la línea de 3 en defensa sigue pareciendo la mejor opción, pero es notorio que los jugadores todavía no están acostumbrados a este esquema, principalmente a la hora de que uno de los centrales se desprenda para cubrir la subida rival por banda a las espaldas del carrilero, momento en el que la defensa se desarma por completo y termina generando que al menos uno o dos jugadores ingresen en soledad (principalmente el atacante que ocupa el carril opuesto).

Sigue siendo poco tiempo el del actual entrenador al mando del equipo, pero poco a poco el golpe de efecto que su personalidad había traido a Rosario se va desvaneciendo, y cuando ya no quede más de eso lo único que habrá será lo que acontece dentro de la cancha. Por ahora, se notan cambios positivos respecto a lo último que se había visto de Frank Kudelka, pero asusta un poco el exceso de mezquindad en los finales con un equipo que claramente no es capaz de aguantar los resultados.