Por Fabrizio Turturici

Central sumó una nueva derrota y lo hizo esta vez por 1 a 0 ante un Racing que venía en racha negativa y golpeado anímicamente por una goleada, en un partido en el Cilindro de Avellaneda donde no demostró fútbol más allá del empuje en los minutos finales y dejó la sensación de haber perdido el rumbo, o más bien de nunca haberlo encontrado.

De más está analizar un encuentro en donde no pateó al arco en ochenta minutos y, peor que eso, no hilvanó tres pases consecutivos para llegar a la posición de peligro, por lo que conviene hacer foco en un ciclo rápidamente agotado y que no hubiera resistido de no haber sido por la desaparición de los descensos y la falta de público en las canchas.

El mayor problema viene siendo que, después de ocho meses al mando de este equipo, el entrenador auriazul todavía no aceitó una línea visible de juego, no encontró a los protagonistas para que la lleven a cabo -más allá de algunos casos puntuales como el arquero o el capitán- y los resultados no lo avalan, solo triunfando ante rivales menores.

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En la noche del lunes se vio un equipo volcado a la cancha jugando a lo que pudo, sin circuitos de generación de fútbol y sin un sistema defensivo exitoso para frenar los avances racinguistas, que ya de por sí eran tibios y sin terminación de jugadas. Así se fue degradando hasta el gol de pelota parada del equipo que, aunque con defectos, más lo buscó.

El mediocampo no funcionó y eso lo demostraron los dos cambios que hizo el propio DT con los ingresos de Marinelli y Ferreyra por Zabala y Gamba en las bandas. Además, Sangiovani no había estado firme en el partido anterior de local y tampoco lo estuvo de visitante, con poca participación tanto para el armado como para el quite.

La estaticidad en la faceta ofensiva, con pocas opciones de pase y menos desmarques, hizo que Central no genere una sola llegada en la primera mitad, mientras que en la segunda se despertó recién después del gol por una cuestión lógica de inercia y estuvo cerca del empate, pero a decir verdad, aunque lo hubiera logrado el análisis de la situación es el mismo.

Los rumores cada vez son más grandes: Central continúa agotando el ciclo del Kily y ahora hará de local ante Arsenal, otro que como Racing viene de recibir una paliza, pero ahora tendrá la obligación no solo del resultado sino también del juego, el que se encuentra desaparecido después de la primera fecha en lo que había sido un positivo debut.