Por Pablo Martínez 

Central tuvo un rendimiento convincente, le jugó de igual a igual a Boca en la mítica Bombonera, fue difícil de superar en lo defensivo y sorprendió con la joya Buonanotte en ofensiva. El elenco de Tevez empieza a ser competitivo, un equipo serio, que sabe lo que quiere, tiene un plan que ejecuta con tranquilidad e ilusiona al hincha.

El auriazul sumó un punto positivo, esos que pueden dar un envión anímico importante para lo que viene. Hizo un primer tiempo muy interesante, fue corto, desnudó las falencias defensivas del dueño de casa y llegó con profundidad en unas cuantas oportunidades.

Hubo un Central antes del penal que malogró Servio y otro tras la atajada de Rossi. Es que en este tipo de partidos, desaprovechar chances claras para imponerse, los equipos llamados grandes no te la perdonan.

Pero esta vez no se cumplió el axioma, porque el Xeneize tuvo su oportunidad para quedarse con la victoria parcial y el arquero Servio se pudo redimir tapándole el disparo desde los doce pasos a Fernández.

El complemento fue distinto, ya Boca se hizo dueño de la pelota y el territorio, no supo desarticular una defensa Canalla muy bien parada. El elenco rosarino no tuvo manejo de pelota, Buonanotte quedó muy aislado e inquietó poco casi nada.

Para los conducidos por Tevez, hay que darle valor al resultado, teniendo en cuenta que el auriazul sólo consiguió una victoria en los últimos 30 años.

Central sumó otro aprobado en el rendimiento y se nota que en los últimos dos partidos, Tevez metió mano, los futbolistas entendieron el mensaje, exhibe mayor seguridad, se expone poco y hace daño cuando la pelota pasa por los pies del pibe Buonanotte, que ya no es una promesa, es una grata realidad.

El Canalla crece, con un mix de pibes y hombres de experiencia, acumula tranquilidad para seguir trabajando, perfeccionando una idea que empieza a dar sus frutos y que le augura un horizonte más luminoso, después de varias temporadas con poca claridad.