Por Fabrizio Turturici

Rosario Central tuvo un magnífico año en el que, llevado a términos náuticos, llegó a buen puerto. A principios del torneo, Eduardo Germán Coudet fue destinado a timonear la embarcación canalla que terminó cerrando una gran temporada, no pudiendo abrochar un título pero sin dudas arribando con éxito a la meta.

La tripulación, ávida por pujar para adelante y articulada bajo el mismo sueño, fue constituida de una argamasa que incluye jóvenes y grandes, promesas y experimentados. El capitán de la tripulación, Marco Ruben, fue uno de los bastiones que posibilitaron la exitosa expedición de este 2015.

Pero el océano sigue su curso y los resultados van quedando detrás, como islas lejanas. Ahora Central debe apuntar el barco hacia un nuevo destino, ya que el 2016 lo recibirá con la ardua odisea del triple torneo: campeonato local, Copa Argentina y Copa Libertadores.

Es cierto que la base está formada y que nadie podrá desbarajustar un plantel que se constituyó, no tanto desde la cantidad sino desde la calidad. Por eso no es sencillo retener a algunos jugadores, y ese es el mayor dolor de cabeza que aqueja a la dirigencia auriazul. Para negociar la renovación de algunos contratos, la extensión de otros y la compra de unos pocos; los dirigentes deberán moverse como peces en el agua.

La columna vertebral, pilar óseo del equipo canalla, engloba los nombres de Javier Pinola, Nery Domínguez y Marco Ruben. La del capitán significa la situación más frágil para la comisión directiva. Es que su pase vale, según Dinamo de Kiev, 6 millones de dólares; y Central (mediante el viaje de su agente, Andrés Miranda, a Ucrania) formalizará su oferta en la mitad del monto requerido.

Por el lado del mediocampista Nery Domínguez, comenzó la temporada con un marinero titubeante y terminó sacando a relucir toda su clase y experiencia, emergiendo como un pilar fundamental en la estabilidad y el juego del equipo de Coudet. Aunque hace varios libros de pases que el volante amenaza con dar el salto al viejo continente, su actual nivel lo condena a estar más cerca que nunca de ello.

Javier Pinola, lateral izquierdo devenido en marcador central, se unió a mediados de año y supo ganarse rápidamente la admiración, el respeto y la ovación de los aficionados. El Chacho sabe que su presencia es inevitable para que no se hunda la embarcación en medio de un frente de tormentas. Pretendido por varios clubes importantes, como River, es el caso menos preocupante ya que el jugador todavía tiene contrato y quiere quedarse por la revancha.

El barco canalla está preparado para navegar un nuevo año, y ahora cuenta con rodaje sobre sus espaldas. El timón continuará en manos de Eduardo Coudet. ¿Podrá cumplir el deseo de contar con la misma tripulación?