Cuando transcurrían 11 minutos del segundo tiempo del partido que Vélez y Arsenal empataban 1 a 1 en el estadio José Amalfitani, hubo una mano en el área del conjunto de Sarandí que el árbitro Germán Delfino interpretó como penal y expulsión para el jugador Valencia del elenco de Martín Palermo.

Ante las aireadas protestas de los jugadores y cuerpo técnico de Arsenal, el árbitro consultó con sus colaboradores que le manifestaron que la acción había sido distinta de como la interpretó el árbitro, ya que quien tocó la pelota con la mano fue Pavone de Vélez, por lo cual el fallo debía ser tiro libre para Arsenal en su área. Delfino rectificó y cambió su fallo. Al final del partido pidió disculpas por lo que consideró «un procedimiento horrible y desprolijo».