El alternativo de Central no hizo pie en su visita a Vélez y cayó por 2 a 0 en el estadio José Amalfitani, ante el equipo de Gabriel Heinze, que se impuso con goles de Lucas Robertone y Thiago Almada a los 24 y 36 minutos de la segunda parte.

El conjunto de Edgardo Bauza no pudo abstraerse de su final de Copa Argentina y, con totalidad de suplentes, cayó en su último partido de Superliga en el año y ahora deberá jugar, a todo o nada, su definición copera contra Gimnasia el jueves en Mendoza.

El partido comenzó con dinámica fluida por parte del elenco local, complicando con su velocidad a una inestable defensa canalla. Con un puñado de minutos, el equipo del Gringo merodeó el arco rival pero le faltó sorpresa en los últimos metros.

El arquero Marcelo Miño, quien hizo su debut absoluto en la primera división, mostró una activa y segura participación en sus intervenciones, aunque el rival no llegaba con real peligro de gol a su arco, pero comenzaba a erigirse como una de las figuras del primer tiempo.

La primera llegada clara para el Canalla estuvo en la cabeza de Germán Herrera, casi sobre el cierre de la primera parte, tras un córner ejecutado por Andrés Lioi, que se fue cerca del segundo palo del arquero Lucas Hoyos.

Sin variantes al regreso del vestuario del entretiempo, Central salió a jugarlo con mayor compromiso sobre el resultado, y se mostró mejor plantado ante un Vélez cada vez más dubitativo, pero que cuando encaraba de frente hacía peligrar el cero en el marcador.

El elenco auriazul estuvo a punto de abrir la cuenta con algunas réplicas en velocidad, que no pudieron ser concretadas en última instancia por sus delanteros. El Chaco tuvo su posibilidad con otro cabezazo y la velocidad de Becker comenzaba a desequilibrar en los contraataques.

A los veinte minutos del segundo tiempo, Bauza dispuso de su primera variante con el ingreso de José Luis Fernández por Diego Becker, quien estaba perdiendo mucho las espaldas por su costado izquierdo. Y justo llegó el primer gol velezano con un magnífico cabezazo de Lucas Robertone.

Enseguida, Central pareció haberse despertado y estuvo a punto de marcar la igualdad en algunas ocasiones clarísimas, sobre todo con un mano a mano del ingresante Fernández con Lucas Hoyos que no pudo definir.

Cuando se abrieron los espacios, Vélez se encontró con una veloz salida y la posibilidad de aumentar la cuenta y comenzar a sentenciar el cotejo. Tras una habilitación de Agustín Bouzat para Thiago Almada, el juvenil definió al primer palo y puso el 2-0.

Joaquín Pereyra entró en lugar de Ojeda con la idea de darle un poco más de peso ofensivo en campo contrario, pero la diferencia era mucha y el tiempo restante poco. Así, Central no pudo extender su racha de dos triunfos consecutivos y perdió en su último partido de Superliga en el año, previo a la final de Copa Argentina.